SOY TESTIGO DE AMOR Y DEL PERDÓN DE CRISTO

 

SOY TESTIGO DE AMOR Y DEL PERDÓN DE CRISTO

SOY TESTIGO DE AMOR Y DEL PERDÓN DE CRISTO

Iluminación: Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma. (Ef 5, 1- 2)-

Ilustración: En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida”. (Jn 8, 12)-

Luz o Tinieblas, creer o no creer.

Caminar en la obscuridad es caminar en la malicia, en la mentira, en la envidia, en la hipocresía, en la maledicencia (1 de Pe 2, 1)- Lo que significa quebrantar los mandamientos de la Ley de Dios para dar la espalda a Dios y abrazarse del dios personificado del Mal. Mientras que caminar en la luz es dejarse conducir por el Espíritu Santo que es el espíritu de la Vedad que nos hace libres (Jn 8, 32)- El que tiene la Luz de Cristo puede discernir entre el bien y mal; puede reconocerse pecador, y puede conocer el Camino que nos lleva al Padre. Al dejarse conducir por la Palabra de Luz se hace un hombre sincero, honesto, íntegro, leal y fiel, y a la misma vez es un hombre responsable, libre y capaz de amar. La Luz de Cristo es Amor, es la Verdad y es la Vida, es Dios (Jn 14, 6)- Donde hay Fe sincera hay Luz, hay Poder y hay Misericordia. De la Fe sincera nace y brota el Amor (1 de Tm 1, 5)-

El Testimonio de Cristo es de Palabra y de Obras.

Los fariseos le dijeron a Jesús: “Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es válido”. Jesús les respondió: “Aunque yo mismo dé testimonio en mi favor, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vengo y a dónde voy; en cambio, ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan por las apariencias. Yo no juzgo a nadie; pero si alguna vez juzgo, mi juicio es válido, porque yo no estoy solo: el Padre, que me ha enviado, está conmigo. Y en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Yo doy testimonio de mí mismo y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio sobre mí”. Juan 8, 12-20

Jesús viene del Padre (Jn 1, 15) Y Jesús vuelve al Padre (Jn 13, 1)- El Padre que me ha enviado está conmigo, nunca me deja sólo. Yo no juzgo por las apariencias, sino que lo hago por la intención del corazón. Ustedes ni me conocen a mí ni conocen al Padre, porque no creen en mí ni en el que me ha enviado. Yo doy testimonio de mí mimo y el Padre da testimonio de mí por las Obras que me permite realizar: Dar vista a los ciegos, caminar a los cojos, limpiar a los leprosos, liberar a los espíritus inmundos, oír a los sordos, hablar a los mudos, multiplicar los ´panes y resucitar a los muertos. Tl testimonio de Jesús es mostrar el mudo que Dios es Padre, Amor, Perdón, libertad y Santidad. Lo dice con sus Palabras y con sus Obras.

Y nos invita a ser como Él es: Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial. (Mt 5, 38)- «Sed compasivos, (misericordiosos) como vuestro Padre es compasivo. (Lc 6, 36)- Sed santos como vuestro Padre celestial es Santo (1 de Pe 1, 15)- Pablo nos invita a ser imitadores suyos como él lo es de Cristo (1 de Cor 11, 1)- Lo que significa ser testigos de Cristo. El testigo de Cristo ha experimentado el perdón, el amor, la reconciliación y la salvación de Cristo. Ha probado lo bueno que es el Señor. Jesús antes de su Ascensión dijo a sus discípulos: «A vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad, sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.» (Hch 1, 7- 8)-

Damos testimonio de Jesús de palabras cuando con agradecimiento damos gracias a Él por todo lo que ha hecho por nosotros, esto es hablar bien de Jesús. Es alabarlo, bendecirlo y darle gracias. Y damos testimonio de Jesús cuando en su Nombre rechazamos al pecado y hacemos las Obras de misericordia y practicamos la Caridad. Y damos testimonio de Jesús cuando abrazamos la Cruz, padecemos, sufrimos y morimos con él.

De la misma manera que Jesús dio testimonio del Padre, nosotros, por la acción del Espíritu Santo damos testimonio de Jesús, somos los testigos el amor y del poder de Cristo cuando guardamos sus Mandamientos y guardamos su Palabra; rompemos con el pecado para participar de la naturaleza divina (2 de Pe 1, 4) Para luego amarlo. servirlo y seguirlo.

 

Para Pablo, el Testigo de Cristo, por voluntad de Dios, el testimonio es de palabras y de obras.

 Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran. (Rm 12. 9- 15)-

 

Santiago nos dice como dar testimonio de Cristo.

 

Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana. La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo. (Snt 1, 26- 27)-

El testimonio de Cristo pide tener una fe sincera, un corazón limpio y una conciencia recta para que sea fuente del Amor, de la Verdad y de la Vida.  (1 de Tim 1, 5; Jn 14, 6)- El testimonio de Cristo en la Biblia más excelente, salió de los labios del Apóstol de la duda: “Mi Señor y mi Dios” (Jn 20, 28)-

 

 Señor mío y Dios mío en tus manos pongo todas mis preocupaciones, mis debilidades y mis necesidades. (cfr 1 de Pe 5, 7)- El mejor testimonio de Cristo es aceptar que él es el Hijo de Dios, y es Dios mismo y ofrecerle nuestra vida, como él lo hizo primero por nosotros (1 de Jn 4. 10)-