LO QUE DIOS HA UNIDO QUE NO LO
SEPARE EL HOMBRE Y DIOS HA UNIDO A CRISTO CON SU IGLESIA.
Muchos son los que dicen hoy en la Iglesia: solo la
Palabra sin la Comunidad; solo la Fe sin las Obras; solo la Liturgia sin la
Caridad. Están separando lo que Dios ha unido: la Fe con el Amor- La fe sin
obras está muerta (Snt 2, 14)- La higuera sin frutos es como una religión sin
amor (Lc 13, 6- 9; Snt 1, 27)-
Una Liturgia
sin Caridad es un culto sin amor. La Liturgia es el culto que Cristo y la Iglesia
ofrece al Padre. El culto pide tener una fe sincera y un corazón limpio (1 de
Tim 1, 5)- Según la Palabra de Jesús: «No todo el que me diga:
"Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la
voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os
conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" (Mt 7, 21- 23)-
«¿Por qué me llamáis:
"Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? (Lc 6, 46)-
¿Qué nos ha dicho Jesús? Ámense unos a los
otros para que se mantengan unidos conmigo y entre ustedes. (cfr Jn 6, 34- 35)-
El amor brota de la fe sincera y del un corazón limpio. Pero, muchos son los
que predican que Dios no vive en casas de piedra o de madera, y eso es cierto, Dios
habita en los corazones que creen en Jesús, confían en él, lo aman y lo sirven.
Y dicen estos predicadores, si Dios habita en nuestros corazones no es necesario
congregarse en comunidad con otros creyentes, para celebrar la Liturgia, para escuchar
la Palabra y para amarse los unos a los otros.
Se les olvida que Cristo murió para unir a los
hombres con Dios y entre ellos. Se les olvida que en Cristo hombres y mujeres, judíos
y gentiles, obres y ricos, todos somos uno en Cristo Jesús (Col 3, 11; Gál 3,
28)-
El que no se congrega porque dice que es templo
del Espíritu Santo, se queda solo, sin Comunidad y pronto cae en un individualismo
que reza: “Estando yo bien, los demás me vale”: No se preocupa por los demás,
no camparte y no recibe de los dones que Dios regala para todos. En la Iglesia
todos necesitamos de los demás y los demás necesitan de nosotros. Jesús nos dice:
“Donde dos o tres se reúnen en mi Nombre, Yo estos en medio de ustedes” (Mt 18,
20)- Jesús llamo a os Doce para estar con él, y para enviarlos a predicar su
Evangelio (cfr Mc 3, 13)- La fe sincera pide aceptar estar en comunión con los
Doce.
Jesús cuando encontró a la oveja perdida, la
levanta, la pone sobre sus hombres y la lleva a unirla al rebaño, y delante de
todos, la cura para que aprendan la pedagogía de la salud (cfr Lc 15, 4- 7)- La
Biblia nos dice que los creyentes se reunían para Celebrar la Liturgia y la
Caridad (Hch 2, 20; 1 de Cor 16, 1ss; Apoc 1, 10)-
La primera
Comunidad es modelo para todos los tiempos.
Acudían
asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del
pan y a las oraciones. El temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles
realizaban muchos prodigios y señales. Todos los creyentes vivían unidos y
tenían todo en común; (Hechos 2, 42- 44)-
En la carta
a los hebreos nos dice: Fijémonos los unos en los otros para estímulo
de la caridad y las buenas obras, sin abandonar vuestra propia asamblea, como
algunos acostumbran a hacerlo, antes bien, animándoos: tanto más, cuanto que
veis que se acerca ya el Día. (Hebreos 10, 24. 25)-
No escuchen a los que
predican que no hace falta congregarse en asamblea con los hermanos para
celebrar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, recordemos que nuestra
fe es Trinitaria y es Eclesiología. Tengamos siempre presente que un culto sin
amor está vacío; necesitamos de los demás y ellos necesitan de nosotros. La
señal que somos templos vivos de Dios es el Amor a Dios y a los hombres; y
recordemos que la religión verdadera es la del Amor que instaurada por Cristo: “Permanezcan
en mi Amor” Y “Ámense como yo los he amado,” y Santiago nos la recuerda: La religión pura e intachable ante Dios Padre es
ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse
incontaminado del mundo. (Snt 1, 27)-
La señal por excelencia de la importancia de comunión la
encontramos en la oración del Padre nuestro enseñada por Jesús a los Doce y a
toda la Iglesia:
«Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el
cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así
como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. (Mt
6, 9- 12)-
Oren unos
por los otros, ámense los unos a los otros, sírvanse unos a los otros, esta es
la Voluntad de Dios y congréguense como hermanos en la fe para que sean Familia
de Dios. No se aíslen y no se ausenten. Por que rama que se corta de su árbol se
seca y le pega.
Recordemos
el himno del amor de san Pablo:
Aunque hablara las lenguas de
los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o
címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los
misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar
montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y
entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha. La
caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es
jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no
toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo
lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba
nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la
ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando
vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando yo era niño, hablaba como
niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las
cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a
cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy
conocido. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la
mayor de todas ellas es la caridad. (1 de Cor 13, 1- 13)-
El amor no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone
barreras, sino que sabe donar con alegría, busca sólo el bien del otro, vence las
mezquindades, la cicatería, los resentimientos, la cerrazón que el hombre lleva
a veces en su corazón; (Benedicto XV1)
El Amor brota y crece del Encuentro con Cristo y con la
Comunidad- El Amor pide hacer presencia para poder ayudar, servir y amar.
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