LA OBRA DE JESÚS NO TERMINÓ EN LA CRUZ PORQUE RESUCITÓ.
A éste, que fue entregado
según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le
matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos; a éste, pues, Dios le
resucitó librándole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase
bajo su dominio; (Hch 2, 23- 24)-
LaObra de Jesús ha retomado su Camino-
El día de Pentecostés, dijo Pedro a los judíos:
"Sepa todo Israel, con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y
Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado". Estas
palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
"¿Qué tenemos que hacer, hermanos?" Pedro les contestó:
"Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de
sus pecados y recibirán el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen
para ustedes y para sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios
nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos". Con éstas y
otras muchas razones los instaba y exhortaba, diciéndoles: "Pónganse a
salvo de este mundo corrompido". Los que aceptaron sus palabras se
bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil personas. (Hch 2,
36- 40)-
"¿Qué tenemos que hacer, hermanos?" Pedro les contestó: "Arrepiéntanse
y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados y
recibirán el Espíritu Santo. ¿En qué creyeron aquellas gentes? Creyeron que
Jesús había muerto por nuestros pecados y que estaba vivo, había resucitado, y
que ha sido glorificado y se ha sentado a la derecha del Padre, y ha sido constituido
como Señor y Mesías. Es Salvador, Maestro y Señor de todos los que creen en él.
Jesús fue Maestro exterior, desde fuera enseñaba y
conducía a los suyos, ahora resucitado, es Maestro interior y desde dentro guía
y conduce a los suyos. Antes era solo, ahora vive en muchos por la fe de Jesús
vive en nuestros corazones (Ef 3, 17)- Ahora podemos decir que la Obra de Jesús
no termino en la Cruz, con su resurrección venció la muerte, está vivo, y su
Obra ha retomado el camino. Ahora los Apóstoles y con ellos toda la Iglesia,
movidos por el Espíritu Santo siguen actualizando la Obra redentora en la
Historia. (Mt 28, 18- 20; Jn 20, 19- 23)-
La clave para salvarse es creer y convertirse a
Jesucristo. (Mt 4, 1/; Mc 1, 15)-
Y la Escritura no dice
solamente por él que le fue reputado, sino también por nosotros, a quienes ha
de ser imputada la fe, a nosotros que creemos en Aquel que resucitó de entre
los muertos a Jesús Señor nuestro, quien fue entregado por nuestros pecados, y
fue resucitado para nuestra justificación. (Rm 4, 23- 25)- La justificación es
el perdón de los pecados y el don del Espíritu Santo. Esto es nacer de Dios,
nacer de los Alto, del agua y del Espíritu, y ahora sigue la conversión para
revestirse de Cristo: Arrepentíos, pues, y
convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, (Hch 3, 19)- Para
pasar de la muerte a la vida, de los terrenos del hombre viejo a los terrenos del
Hombre Nuevo, Jesucristo y revestirse en Justicia y Santidad (Ef 4, 23- 24)-
Por el bautismo nos apropiamos de la muerte, resurrección y ascensión
del Señor Jesús. (Rm 5, 3- 5)-
Por la fe de
Jesucristo hemos pasado de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, según
las palabras de la Escritura: A vosotros, gracia y paz abundantes por el
conocimiento de nuestro Señor. Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se
refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos
ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las cuales nos han sido
concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os
hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay
en el mundo por la concupiscencia. (2 de Pe 1, 2- 4)-
Pero Dios, rico en
misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de
nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido
salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo
Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su
gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (Ef 2, 4- 7)-
Morimos con Cristo,
resucitamos con él, y con el estamos sentados a la derecha del Padre. Hay en
Cristo, muerte resurrección y ascensión. Las tres son inseparables: Cruz-
resurrección- ascensión, es un estar pasando de la muerte a la vida; es un
estar muriendo al pecado para nacer y crecer en la fe de Jesucristo. A esto
Jesús le llamó: “Cuando yo sea levantado en alto, reconocerán que Yo Soy” (Jn
8, 28)- Jesús es levantado en alto cuando es crucificado; cuando es resucitado
y cuando sube la Cielo para ser glorificado y entronizado como Señor y Dueño de
todo.
Y nosotros,
¿qué tenemos que hacer para seguir las huellas de Jesús?
Entrar en su
Pascua y permanecer en ella, seguir el camino del grano de trigo (Jn 12, 24).
Morir, resucitar y ascender. A esto Pablo le llamó conversión: Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las
armas de la luz. (Rm 13, 12)- Pero no es éste el Cristo que
vosotros habéis aprendido, si es que habéis oído hablar de él y en él habéis
sido enseñados conforme a la verdad de Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra
vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las
concupiscencias, a renovar el espíritu de vuestra mente, y a revestiros del
Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad. (Ef 4,
20- 24)-
Para ascender con Cristo a
los Cielos y sentarse a la derecha del Padre hay que cultivar las virtudes
cristianas para fortalecerse con la energía de su poder (Ef 6, 10)- Sin el
cultivo de las virtudes estamos vacíos de Dios y nuestra fe es estéril (Snt 2,
14)-
Por esta
misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la
virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
tenacidad, a la tenacidad la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad. Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no
os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro
Señor Jesucristo. Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha echado al
olvido la purificación de sus pecados pasados. (2 de Pe 1, 5- 9)-
Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste
y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, y que desde
niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la
salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios
y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así
el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. (2 de
Tm 3, 14- 17)-
Las virtudes son los
sentimientos de Cristo y nos revisten de él: Vended vuestros bienes y dad
limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los
cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón. «Estén ceñidos vuestros lomos y
las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva
de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. (Lc 12,
33- 36)-
La vida cristiana es un
don y es una lucha, entre el Amor y el Ego; entre las Virtudes y los Vicios.
Por eso Pablo nos dice: Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal,
adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en
más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con esp1ritu fervoroso;
sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la
tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesitades de los
santos; practicando la hospitalidad. (Rm 12, 9- 13)-
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