PROTEGE Y CULTIVA EL BARBECHO
DE TU CORAZÓN.
Porque tanto amó Dios al
mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino
que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar
al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es
juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre
del Hijo único de Dios. (Jn 3, 16- 18)-
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes
y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario
que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó
una torre para el vigilante y luego la alquiló a unos viñadores y se fue de
viaje. (Mateo 21, 33- 34)-
La historia de la salvación,
Dios toma la iniciativa.
Y añadió:
«Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios. Dijo Yahveh: «Bien
vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en
presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. He bajado para
librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra
buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos,
de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los
jebuseos. (Ex 3, 5- 8)-
Dios sacó a
Israel de la esclavitud de Egipto, lo lleva al desierto para que tome
conciencia de que es pueblo; hace alianza con él y le entrega los Diez
Mandamientos; le envía profetas y hombres sabios para que lo guíen y le enseñé
para que no caiga en la idolatría. El pueblo falla y Dios lo perdona muchas
veces; lo castiga y permute que vuelva a la esclavitud de Babilonia, luego lo
hace volver, para que reconstruya el templo y las murallas de Jerusalén
restablezca la Alianza y el Culto, pero el pueblo sigue fallando. Dios entonces
les envía a su Hijo, vino a los suyos y lo rechazaron y lo mataron-
¿A qué vino
el Hijo de Dios, la Palabra?
Vino a
redimir, liberar, reconciliar y salvar a
los hombres de la esclavitud del pecado. “Cristo
nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por
nosotros, pues dice la Escritura: Maldito todo el que está colgado de un madero”,
(Gál 3, 13)-
Vino a
traernos a Dios: Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su
Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban
bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba de que
sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo
que clama: ¡Abbá, Padre! (Gál 4. 4- 6)-
Vino a
traernos vida en abundancia: El ladrón no viene más que a robar,
matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo
soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. (Jn 10, 10- 11)- Jesús
le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo
de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba
perdido.» (Lc 19, 9- 10)-
Viene a
perdonar los pecados y a reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos: Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» (Mt 1, 21)- Mas
ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis
llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz: el que
de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad,
(Ef 2, 13- 14)-
Y, ¿ahora qué
hacer? Frente a ti está la vida y la muerte, escoge lo que tu quieras, “Conmigo
o contra mí, el que no recoge desparrama (Mt 12, 30)- Creer o no creer, Luz o
Tinieblas. Jesús está en medio de nosotros y nos busca hasta encontrarnos (Lc
15, 4)-
Jesús no
engaña, no confunde, no manipula, ni oprime, no hace a fuerzas, su método es “Sí
tú quieres”.-
Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la
puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. (Apoc 3, 20)-
No tumba la puerta para que entres; no se mete por las ventanas; Jesús respeta
las decisiones de los hombres. El que escucha su Palabra y la obedece, abre la
Puerta y lo invita a pasar para que él entre en tu vida y se afiance como tu
Salvador, Maestro y como Señor. Entra en tu corazón como Luz, Fuerza y Amor,
para hacer en tu vida la Obra del Señor.
¿Ahora qué sigue? Si has creído en la Palabra hay respuesta: “Trabaja
y protege” (Gn 2, 15)- En la escucha y obediencia de la Palabra estás
construyendo la Casa sobre Roca (Mt 7, 24)- Hay que poner el Fundamento que es
Cristo (1 de Cor 3, 11) y hay que construir las Murallas que es Cristo, es un
fortalecerse con la energía de su Poder (Ef 6, 10)-
Hay que darle muerte al hombre viejo (Col 3, 5)- Para darle vida al
Hombre Nuevo, Jesucristo que ha nacido y habita en tu corazón (Jn 1, 11. 12; Ef
3, 17)- Se trata de trabajar y cultivar el barbecho del corazón para cultivar
la fe (Jer 4, 3)- Se trata de reproducir la Imagen de Jesús en cada uno de
nosotros: Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a
reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos
hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que
justificó, a ésos también los glorificó. (Rm 8, 29- 30)-
El cultivo del corazón es una
peregrinación de la muerte a la vida, de las tinieblas a la Luz, del Ego al
Amor. Para poseer la presencia de siete Vírgenes en nuestra vida: La Fe, madre
de las demás Vírgenes; una Fe fecunda y fructífera. Su primera hija de la Fe es
la Fortaleza, virtud y don del Espíritu Santo. Es el Poder de Dios para luchar
y vencer las fuerzas del mal- Hija de la fortaleza y de la fe, es la Sencillez
de corazón acompañada de la humildad y de la mansedumbre para vencer la “doblez
de corazón”. La Hipocresía y la soberbia.
Hija de la Sencillez es la Pureza de corazón de la cual brota el amor,
la templanza, la castidad y el dominio propio. La Hija de la Pureza de corazón
es la Santidad, sin la cual nadir verá al Señor (Heb 12, 14)- Hija de la
Santidad es la Ciencia, que nos da el conocimiento y la fidelidad de Dios (Os
2, 22). Saboreamos el Culto a Dios y hace de la Voluntad del Señor la delicia
de nuestro corazón. Hija de la Ciencia es la Caridad, corona de todo el
proceso. Unida a la fe están presente en cada una de las otras Vírgenes.
La presencia de las Vírgenes nos da el “Discernimiento entre el bien y
el mal” Ya que su trabajo es cuidar que nada contaminado entre en nuestro
corazón: Os digo esto, hermanos: La carne y la
sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción heredar la
incorrupción. (1 de Cor 15, 50)- Con palabras de Jesús: “Apártense de mí
los que obran la maldad” (cfr Mt 7, 23)- El Amor, la verdad y la Vida habitan
en un corazón limpio, lavado en la sangre de Cristo (Heb 9, 14)-
La clave para vivir el proceso es presentado por Jesús con
tres palabras: “Niégate a ti mismo; toma tu cruz y sígueme” (Lc 9, 23)- Para
que te abras a la Voluntad de Dios, me ames y me sirvas. Esto es tener Fe-
El proceso pide esfuerzos, renuncias y sacrificios que se
hacen por Amor. Sin Amor todo es caos, vacío y obscuridad, y no hay Muralla ni
Fundamento, nuestra Fe es estéril.
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