LEVÁNTATE TÚ QUE DUERMES Y LA LUZ DE CRISTO TE ALUMBRARÁ.
Iluminación: Cierto que ya sólo el mencionar las cosas que hacen ocultamente da vergüenza; pero, al ser denunciadas, se manifiestan a la luz. Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso se dice: Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo. (Ef 5, 12- 14)-
Ser sobrios es vigilar, luchar y estar despiertos.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en la oscuridad, para que ese Día os sorprenda como ladrón, pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas. Así pues, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Nosotros, por el contrario, que somos del día, seamos sobrios; revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvación. ( 1 de Tes 4, 4- 8)-
San Pedro confirma lo anterior al decirnos: Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos que están en el mundo soportan los mismos sufrimientos. (1 de Pe 5, 8- 9)-
Eres libre para elegir la luz o las tinieblas.
Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso - que es ser idólatra - participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con vanas razones, pues por eso viene le cólera de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos. Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; más ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. (Ef 5, 5- 9)-
Aceptar la Palabra de Cristo es entrar en la luz del Espíritu, es recibir la vida espiritual, para luego obedecerla y construir la Casa de Dios en nuestra propia vida. (cfr Mt 7, 24- 25)- Lo que significa orientar la vida hacia a Dios con los ojos fijos en Jesús, (Heb 12, 2) nuestro Salvador, nuestro Maestro y nuestro Señor. Dejando atrás la tierra de la esclavitud y de la servidumbre: “Ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo y verdadero”. (1 de Tes 1, 9)-
Dios o los ídolos que son el poder, el tener y en placer.
Conmigo o contra mío, el que no junta desparrama (Mt 12, 30) Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. (Mt 6, 24) ¿Qué mezcla entre la luz y as tinieblas? ( ) Entre la mezcla de las dos resulta la tibieza espiritual que es una modalidad de pecado. Tal como lo dice el Apocalipsis: Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. (Apoc 3, 15- 16)-
Sólo los limpios de corazón verán a Dios.
El corazón limpio pide el perdón de los pecados y la gracia de Dios (cfr Rm 5, 1) ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Heb 9, 14) Con el corazón limpio podemos ofrecer a Dios sacrificios espirituales, vivos, santos y agradables a Él (cfr Rm 12, 1) El corazón limpio y la fe sincera nos garantiza que el culto a Dios es grato y agradable a él: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" (Mt 7, 21- 23)- Por hay obediencia, justicia y amor.
Jesús ha venido a traernos Vida y Luz-
Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» (Jn 8, 12) Caminar en la Luz es escuchar y obedecer la Palabra de Cristo: Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.» (Jn 8, 31- 32)- Libres de la esclavitud del pecado y libres para amar y para servir a Cristo y a los hombres.
Con la luz de Cristo presente en su Palabra y en la acción del Espíritu Santo Podemos ver el Camino de la salvación; podemos reconocer nuestra dignidad como personas; podemos discernir entre lo bueno y lo malo; podemos rechazar el mal y podemos amar apasionadamente el bien (Rm 12, 9) Lo que significa tener una fe viva, despierta y activa para amar y seguir a Cristo, y caminar con él hacia Jerusalén como servidores del Reino de Dios y de Cristo.
El camino a seguir es angosto, pero seguro.
“Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. (Flp 2, 5- 8)-
Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo - por gracia habéis sido salvados - y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús (Ef 2, 4- 6)-
Por la fe pasamos del dominio del hombre viejo al dominio del hombre nuevo, Jesucristo (Ef 4, 23- 24) Para ser con él “Una Nueva Creación” ( 2 de Cor 5, 17) Donde pasó lo viejo: las tinieblas del pecado,- y lo que ahora hay es Nuevo: Cristo, el Espíritu Santo y el Hombre nuevo, original, responsable, libre, capaz de amar y capaz de servir.
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