EL
VERBO DE DIOS SE HIZO HOMBRE PARA ESTAR CON LOS HOMBRES (cfr Jn 1, 14)-
Dice
su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» Palabras en clave,
María nos dice, él es, yo no soy, crean en él, háganse sus amigos y sus
discípulos para que lo amen y lo sirvan.
Para
vivir con ellos; caminar con ellos; trabajar y orad con ellos. Pues tú estás
entre nosotros, Yahveh, y por tu Nombre se nos llama, ¡no te deshagas de
nosotros! (Jer 14, 9)- Pues
santificador y santificados tienen todos el mismo origen. Por eso no se
avergüenza de llamarlos hermanos (Hb 2, 11)-
La
alegría del Señor es estar con sus hermanos.
Jesús
hace comunidad con sus amigos, y les pide ser y hacer comunidad para que puedan
ser hijos de Dios y hermanos entre ellos: “Porque donde están dos o tres reunidos en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mt 23, 8- 9; Mt 18, 20[um1] )-
Eligió
a los Doce para hacerse amigos de él.
Subió al monte y llamó a los
que él quiso; y vinieron donde él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él,
y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. (Mc 3, 13- 15)-
La amistad con Jesús pide cultivar un amor recíproco, por eso dice a los suyos:
Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis
amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo
no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que
he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. (Jn 15, 13- 15)-
A
sus discípulos o amigos les enseñó el arte de amar: Amar por primero y amar a todos sin hacer
acepción de personas. (1 de Jn 4.10; Jn 3, 16)- Amar a los enemigos y orar por
ellos (Lc 6, 27- 28)- Amarse recíprocamente (Jn 13, 34- 35)- Amar a los pobres
y a los enfermos (Mt 25, 34)- Comunidades fraternas, solidarias y serviciales.
Les enseñó
em arte de servir: Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las
naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su
poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser
grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero
entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre
no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por
muchos.» (Mt 20, 25- 28)-
Vosotros me
llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo
soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también
debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que
también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros. (Jn 13, 13- 15)-
Les enseñó
el arte de compartir: Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal,
salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban. Entonces,
mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre:
«Extiende la mano.» El la extendió y quedó restablecida su mano. (Mc 3, 4- 5)- Extender
la mano es compartir lo que sabes, lo que tienes y lo que eres.
Al joven rico Jesús le dijo:
«Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y
tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme.» Al oír estas palabras,
el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. (Mt 19, 21- 22)- La
perfección se logra en el compartir y en el servicio por amor al Señor y al
prójimo.
A sus amigos
les enseñó la importancia de amar, servir y compartir como él, con un corazón
limpio y con una fe sincera para ser agradables a Dios- Su enseñanza abarca
toda la vida, es integral:
«Entrad por la entrada
estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y
qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran. (Mt
7, 13- 14)-
«Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el
árbol malo da frutos malos. Por sus frutos los reconoceréis. (Mt 7, 15- 17.
20)-
«No todo el
que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que
haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor,
Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en
tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás
os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" (Mt 7, 21- 239-
Los invita a
entregarle la carga y a compartir su yugo.
«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré
descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es
suave y mi carga ligera.» (Mt 7, 28- 30)-
Para entrar en el Descanso de
Dios que es Cristo, hay que romper con el pecado. Para recibir el yugo de Jesús
que es el Amor- Uncidos por el amor poder aprender de Jesús a trabajar, a
servir, a caminar para dar frutos de vida eterna: frutos como el amor, la paz,
el gozo, la justicia y el servicio.
Les habla
abiertamente sobre su éxodo en Jerusalén: Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él
debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos
sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. (Mt
16, 21)- Jesús no engaña, no manipula y no obliga, de su corazón salen sus
palabras: “Si tu quieres”, cree en mí, ámame y sígueme.
Decía a
todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome
su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá;
pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al
hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? (Lc 9,
23- 25)-
Después de
su resurrección envía a los Doce al Mundo.
Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y
haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he
mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del
mundo.» (Mt 28, 19- 20)-
La Misión, el Destino, el
Espíritu de Jesús, está ahora en la Iglesia. La Misionera de Cristo-
Publicar un comentario