EL PROFETA
DE DIOS ES VOZ DE LOS QUE NO TIENEN VOZ.
Justos y
pecadores. Unos son llamados al arrepentimiento, los otros a ser fieles a la Justicia
de Dios, al amor y a la fidelidad. El arrepentimiento a de ir acompañado de las
buenas obras y debe ser fiel a la Ley de Dios.
Si el
justo, el bueno, el que hace el bien. Se aparta de su justicia y cae en el
pecado, no se le tomará en cuenta su vida anterior, porque el pecado paga con la
muere (cfr Rm 6, 23)- El que realmente se arrepiente rompe con el pecado para
participar de la naturaleza de Dios (2 de Pe |, 4b)- Para luego llevar una vida
abierta a la Voluntad de Dios, a una vida de rectitud., en justicia, obediencia
y amor a Dios y a los hombres.
El Mensaje
del Profeta revela la Voluntad de Dios.
Esto dice
el Señor: “Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis
preceptos y practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá;
no me acordaré de los delitos que cometió; vivirá a causa de la justicia que
practicó. ¿Acaso quiero yo la muerte del pecador, dice el Señor, y no más bien
que enmiende su conducta y viva?
Si el justo
se aparta de su justicia y comete maldad, no se recordará la justicia que hizo.
Por la iniquidad que perpetró, por el pecado que cometió, morirá. Y si dice:
‘No es justo el proceder del Señor’, escucha, casa de Israel: ¿Conque es
injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la
maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se
arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo
salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente
vivirá y no morirá”. (Ezequiel 18, 21-28)-
¿Quiénes son los profetas de Dios?
Profeta de Dios es aquel o aquella que vive de Dios y vive para Él. Pero,
también es aquel que camina con Dios que nunca lo deja sólo. Su trabajo es
anunciar y predicar la Verdad de Dios a los hombres: anuncia los caminos de
Dios y denuncia las injusticias que hacen los hombres, pero a la vez renuncia a
sus criterios y a sus gustos para aceptar la Voluntad de Dios.
El profeta de Dios puede leer los signos de los tiempos, los
acontecimientos, históricos, religiosos, económicos y políticos. Su Mensaje lo
saca de la experiencia de Dios y de su Pueblo. La experiencia le enseñó al
profeta Jonás que dar la espalda Dios equivale a dejarse tragar por el mal, la
ballena. Su mensaje es relativo, anuncia castigos y bendiciones, pero si el
pueblo se arrepiente y se convierte, no hay castigo; de la misma manera si
anuncia una lluvia de bendiciones, pero el pueblo se desvía, no hay bendiciones.
Los profetas como Amós, lucharon contra el Rey, los sacerdotes, los
ricos, los políticos y contra el mismo pueblo que había caído en la idolatría.
(Amós 3; 7, 14- 17)- Hablan las cosas antes de que sucedan y no después. Los
profetas están al servicio de la Ley y del Culto a Dios. Un culto a Dios sin
justicia y sin obediencia no es grato a Dios. (Is 1, 15- 19)- Oseas, el profeta
de la misericordia habla de la Nueva Alianza. Que será sellada con la sangre de
Cristo (Os 2, 21- 22)- Jeremías habló de la Nueva Ley que será escrita en el
corazón de los hombres (Je r31, 33- 34)- Ezequiel revela que los husos secos
volverán a tener vida y que serán sacados del sepulcro para ser llevados a su
Patria (Ez 37, 12)-
Y es el
profeta Miqueas el que nos dice que de nada sirven los sacrificios sino hay
justicia y obediencia: «¿Con qué me presentaré yo a Yahveh, me inclinaré ante el
Dios de lo alto? ¿Me presentaré con holocaustos, con becerros añales? ¿Aceptará
Yahveh miles de carneros, miríadas de torrentes de aceite? ¿Daré mi primogénito
por mi delito, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?» «Se te ha declarado, hombre, lo que es bueno,
lo que Yahveh de ti reclama: tan sólo practicar la equidad, amar la piedad y
caminar humildemente con tu Dios.» (Miq 6, 6 9)-
El culto sin
justicia y sin obediencia no es grato a Dios.
Y al extender vosotros
vuestras palmas, me tapo los ojos por no veros. Aunque menudeéis la plegaria,
yo no oigo. Vuestras manos están de sangre llenas: lavaos, limpiaos, quitad
vuestras fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer el mal, aprended a
hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al
huérfano, abogad por la viuda. Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así
fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren
rojos como el carmesí, cual la lana quedarán. Si aceptáis obedecer, lo bueno de
la tierra comeréis. (Is 1, 15- 19)-
El destino
de los profetas de Dios.
Es el mismo
destino de Jesús, ser rechazado, perseguido, torturado, encarcelado y matado. «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha
odiado antes que a vosotros. Su fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo;
pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por
eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es
más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros;
si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. (Jn 15, 18- 20)-
Los profetas
de Dios han de vivir como Jesús.
Cuatro cosas
ha de buscar el profeta: Hacerlo todo para la gloria de Dios; una vida empapada
de oración; una vida dedicada a su pueblo pobre enfermo y necesitado; y ser un profeta
pobre como Jesús que siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su
Pobreza (2 de Cor 8, 8)- Se despojó a sí mismo, se hizo semejante a los pecadores;
se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la vergonzosa muerte de Cruz (Flp
2, 6. 8)-
Publicar un comentario