DIOS QUIERE QUE TODOS LOS HOMBRES SE SALVEN.
Y tú, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros andáis diciendo: «Nuestros crímenes y nuestros pecados pesan sobre nosotros y por causa de ellos nos consumimos. ¿Cómo podremos vivir?» Diles: «Por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra mala conducta. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?» (Ez 33, 10- 11)-
La mala conducta es la vida en la carne, que es vida mundana.
La carne lleva a la muerte, al vacío, al caos, a la confusión y al engaño- Para los profetas la conversión es volverse a Dios, saliendo de los terrenos del “exilio” o tierra de la servidumbre donde no hay templo, ni sacerdote, ni sacrificio, ni rey, ni patria. La conversión consiste en escuchar la Palabra que llama a salir del “exilio” para ponerse en camino de Éxodo hacía la Tierra prometida, que es Cristo Jesús, que llama a la conversión, a la Casa del Padre.
El camino del exilio hacia la Tierra prometida es angosto y estrecho; hay que despojarse de las obras de la carne (cfr Gál 5. 19- 21) Para darle muerte al hombre viejo para que nazca el hombre Nuevo, Jesucristo (Ef 4, 23-24) Y cultivar los frutos de la Fe, conocidos como los frutos del Espíritu (Gál 5, 22- 23) La conversión podemos entenderla como una peregrinación, del Yo a Cristo y de Cristo al nosotros; de lo mío a lo nuestro, y poder, entonces vivir para Dios y para los demás. (cfr Rm 14, 8)-
La conversión pide y exige vencer a los enemigos de la fe cristiana. Que son el individualismo, el relativismo, el conformismo, el totalitarismo, entre otros. Pide y exige huir de la corrupción y de las pasiones de la juventud que son los vicios, los hijos del Ego. (2 de Pe 1, 4b; 2 de Tm 2,22; Ef 4, 23) lo que es posible con la Gracia de Dios y nuestra colaboración, pasando por la Puerta estrecha que es Cristo Crucificado, apropiarnos de los frutos de la Redención, nacer de Dios, recibir el perdón y e don del Espíritu Santo, para ser hombres nuevos, hijos de Dios y hermanos de los demás. Ser una Nueva Creación (2 de Cor 5, 17) Hombres y mujeres libres en Cristo; libres del pecado y libres para amar y para servir (cfr Gál 5, 1)-
Las señales de que hay conversión es el amor, la paz y el gozo (Rm 14,17). Le pertenecemos a Cristo y podemos estar “crucificados con él, muriendo al pecado y viviendo para Dios” (Gál 5, 24) La señal que hemos muerto y resucitado con Cristo es el amor (1 de Jn 3, 14). El que ama a Dios y al prójimo puede y debe guardar los Mandamientos y la Palabra de Dios (cfr 1 de Jn 2, 3-4)- Y él que no se engaña a sí mismo y es un mentiroso.
Y el que permanece en la mentira, permanece en el pecado que paraliza y lleva a a frustración, a a vida vacía de Dios y de los valores del Reino. Tal como dijo el profeta Jeremías: Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen. (Jer 2, 13)- Hab caído en las manos de los ídolos que oprimen, manipulan, engañan y matan.
Jesús en cambio, viene a traernos vida y vida en abundancia (Jn 10, 10)- Para tener vida eterna hay que creer en Jesús (Jn 6, 40) La fe viene de lo que se escucha, la Palabra de Dios (Rm 10, 17), La Palabra de Dios es Luz que ilumina el camino de la conversión: Desde el Yo hasta Cristo: del Ego al Amor: de las tinieblas a la Luz de Cristo. La Luz de la Palabra nos lleva a la Tierra prometida. Pablo, el apóstol nos dice lo que es la conversión: Ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo y verdadero. (1 de Tes 1, 9)-
La conversión es salir de la esclavitud de la idolatría, conducidos por a Palabra de la Verdad que nos hace libres (cfr Jn 8, 31- 32) Nos lleva a la Libertad de los hijos de Dios, pero sin confundir libertad con el libertinaje. El libertinaje lo alimenta la malicie, la mentira, la envidia, la hipocresía y la maledicencia (1 de Pe 2, 1) La Libertad es un don y una conquista, pide esfuerzos, renuncias y sacrificios, hechos con amor para caminar con Cristo y vivir con él- Y es alimentada con la Voluntad de Dios. (cfr Jn 4, 34)-
San Pablo pide a los conversos al cristianismo.
Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesitades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. (Rm 12, 9- 14)-
La conversión cristiana es tarea para toda la vida, el que persevera hasta el final, se salva. (Mt 24, 13)- Para Dios todo es posible… (Mt 18, 26)- Pide ponerse la Túnica de Jesús y camnar con las lámparas encendidas (Lc 12, 35)-
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