LA FE PRESEDE A LOS MILAGOS Y A LOS SACRIFICIOS.

 LA FE PRESEDE A LOS MILAGOS Y A LOS SACRIFICIOS.



Iluminación: que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios. A Aquel que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar, conforme al poder que actúa en a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén. (Ef 3, 17- 21)


Sin Fe nada le agrada a Dios. (Heb 11, 6) 

Por la fe tenemos vida espiritual que entra en nuestras vidas por la fe y la obediencia a la Palabra de Dios (Rm 10 17) La fe viene de Dios que nos envió a su Hijo Jesucristo: Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. (Jn 3, 16) Y nosotros la recibimos: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo”. (Apoc 3, 20).

Por la fe nuestros pecados son perdonados y recibimos la paz, el gozo y el amor en el Espíritu (Rm. 5, 1; Rm 14, 17) Por la fe somos hijos de Dios y hermanos de Jesucristo (Gál 3, 26- 27) Por la fe somos templos vivos del Espíritu Santo: ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? (1 de Cor 6, 19) “Y sois santuario del Dios vivo” (2 de Cor 6, 16) Por la fe somos hijos de la Iglesia, nuestra Madre y nuestra Maestra, tal como dice Pablo: Te escribo estas cosas con la esperanza de ir pronto donde ti; pero si tardo, para que sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad. (1 de Tm , 14- 15).


Dichosos los que creen sin haber visto. 


Dichosos los que han sido amados, perdonados, salvados y santificados, sin tanto ruido. Mientras muchas veces nos gloriamos de haber tenido experiencias de Dios, grandiosas, Jesús, nos dice: “Dichosos los que creen sin haber visto”(Jn 20, 29) Jesús siempre dice: “Por tu fe has sido salvado” (Mt 9, 22) “Por tu fe has sido curado”. Unos le piden milagros para creer, pero él le dice no les daré ningún milagro. 


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: "¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal". (Mc 8, 11- 13) Otros le dicen que baje de la cruz para que crean en él (Mt 27, 39) Pero él sabe que, aunque baje de la cruz y les haga milagros no creerán. La fe es un don de Dios; un don gratuito e inmerecido que siempre nos dejará Luz, Poder y Misericordia. 

Es la Luz de la Palabra, la luz de Cristo es la luz del Espíritu Santo. Luz para que veamos el camino que nos lleva al Padre; el Camino, estrecho que nos lleva a la Puerta estrecha que es Cristo Crucificado (cfr Mt 7m 13- 14). Luz que nos ayuda a discernir lo que es bueno y lo que es malo; nos ayuda a descubrir nuestra pecaminosidad para llevarnos al nuevo Nacimiento (Jn 16, 8-10)


Es el Poder, la Fuerza, el Vigor de Dios que nos levanta y nos capacita para vencer el mal y para hacer el bien ( Rm 12, 21) La virtud de la Fortaleza nace de la fe, es su hija predilecta para que venzamos al pecado y nos lleve a la salvación por la fe y a la perfección cristiana (2 de Tm 3, 14- 17).


La misericordia para que pidamos perdón y demos perdón a quien ofenda. El que tenga fe puede amar y perdonar a su enemigo y rezar por él (Lc 6, 27- 28) La fe llegada a su madurez es Caridad (Gál 5, 6) Y la Caridad es el Padre de todas las Virtudes cristianas. Donde hay Virtudes ahí hay Fe, porque ahí está Cristo que habita por la fe en nuestro corazón (Ef 3, 17). Las raíces de la Fe son la Misericordia, la humildad y la Mansedumbre. 


¿Dónde hay fe? Hay fe donde hay Vida espiritual, dónde hay Espíritu Santo. Donde hay Amor, confianza y obediencia a Dios. Hay fe donde hay humildad, mansedumbre y misericordia. Hay fe donde hay Piedad y amor fraterno. Hay fe donde hay ojo abierto, oído atento y un corazón palpitante. Es decir, hay disponibilidad para hacer la voluntad de Dios. 

¿Dónde no hay fe? No hay fe donde hay pecado, mente embotada y corazón endurecido. (Ef 4, 17- 18) Cuando se quebranta la Ley de Dios, apagamos la vela y quedamos en tinieblas. Según las palabras del mismo Jesús: Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que contamina al hombre; que el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.» (Mt 15. 19- 20). 

El milagro de la fe es la Resurrección de Jesucristo por excelencia, y la nuestra, La señal de la Resurrección es el Amor (1 de Jn 3, 14) que no slleva a guadar los mandamientos y la ¨Palabra de Dios" (cfr Jn 14, 21- 23)


Y donde reina el pecado, no hay sacrificios ni hay milagros. Lo anterior pide y exige tener fe, que es el don de Dios a los hombres para que crean en su Amor, en su Perdón y en su Salvación que nos ofrece en Cristo Jesús. El amor, la luz y el poder vienen de una fe sincera, de un corazón limpio y de una conciencia recta (1 de Tm 1, 5) Por lo que Pedro nos dice: Huyan del pecado para que participen de la naturaleza divina”. ( 2 de Pe 1, 4) Y a la fe que ya tienen cultívenla y protéjanla:


¿Cómo cultivar la fe?

Con buenos hábitos que vienen a ser las virtudes: Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo. Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha echado al olvido la purificación de sus pecados pasados. (2 de pe 1, 5- 9). Camina sin túnica y sus lámparas están apagadas (cfr Lc 12, 35) es decir, su fe es estéril. (Snt 2, 14- 17; cfr Heb 11, 6).

El milagro de la fe por ecelencia es la Resurrección de Jesúscristo, y la nuestra. La señal de la resurreccción es el Amor unido a la Fe y a La Esperanza (1 de Jn 3, 14). Jesucristo es el Hombre Nuevo que ha sido crucificado, resucitado y glorificado. con santo Tomás decimos: "Mi Señor y mi Dios" (Jn 20, 28)


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