JESÚS ES NUESTRA SABIDURPIA Y NUESTRO SALVADOR.
Iluminación: Si alguno de vosotros está a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará. Pero que la pida con fe, sin vacilar; porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento y llevado de una a otra parte. (Snt 1, 5-6)
La sabiduría divina.
La sabiduría instruye a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan. El que ama la sabiduría, ama la vida; el que madruga para encontrarla, será colmado de gozo; el que la abraza, heredará la gloria y recibirá la bendición del Señor en todo lo que emprenda.
Los que sirven a la sabiduría, sirven al Señor, que es santo, y el Señor ama a aquellos que la aman. Quien la escucha, juzgará con rectitud; quien le hace caso, vivirá tranquilo. El que confía en ella, llegará a poseerla y la dejará en herencia a sus descendientes.
Al principio, la sabiduría lo llevará por caminos sin rumbo y lo atormentará con sustos y temores, lo hará sufrir con la conducta que le impone, y lo pondrá a prueba con sus órdenes.
Pero, una vez que la acepte de corazón, la sabiduría lo conducirá gozoso por el camino recto y le revelará sus secretos; pero si él no le hace caso, ella lo abandonará y lo dejará seguir su camino de perdición. (Sirácida 4, 12-22)
La sabiduría te dice: “Dios te ama así como eres, pero por la vida que llevas no puedes experimentar su amor”. Si estas palabras entran en tu mente y en tu corazón empieza en ti la aventura de la fe.
Comienzas la lectura de la Biblia que no la entiendes; pronto la haces un lado con fastidio. Le puedes hacer una crítica como el decir este libro es para gente fanática, pero luego vuelves a leerla y así sucede muchas veces, hasta que un día, el Señor te abre la mente e ilumina tu inteligencia y empiezas a leerla con ánimo y entusiasmo.
A la lectura de la Biblia le agregas un poco de oración; oración y Palabra te van abriendo el camino a la prudencia y a la inteligencia. El que lee la Biblia se hace inteligente; el que la cree se hace salvo y el que la pone en práctica se hace santo. Empieza aparecer la sabiduría en tu vida y vas aprendiendo a discernir entre lo que es bueno y lo que es malo, rechazas lo malo y haces lo bueno. Empiezas a sentir hambre y sed de Dios; hambre y sed de su Palabra. Oración y Palabra te llevan a Cristo y lo aceptas como tu Amigo, Salvador y Maestro.
Estás viendo cambios en la manera de pensar, de sentir y de vivir. Antes decías: “Yo valgo por lo que tengo” Ahora dices: “Yo valgo por lo que soy, persona valiosa y digna”. Cambias acerca de la Mujer; antes: güeritas y morenas todititas están buenas y bonitas; ahora las respetas y admiras en ellas la creación de Dios. Acerca de los pobres; están pobres por borrachos y por perezosos, la sabiduría nos dice; Están pobres por que no han tenido los medios que tú has recibido. Estaba dejando la manera de pensar para poseer la manera de pensar de Cristo, sabiduría de Dios (cfr Flp 2, 5).
En el Encuentro con Cristo Jesús, Él derrama su Amor y su Espíritu en nuestro corazón (Rm 5, 5) El espíritu Santo ns conduce por los caminos de Cristo que son las Virtudes para luego empezar a saborear los “Dones del Espíritu” La sabiduría, el entendimiento, el consejo, la ciencia, la piedad, la fortaleza y el temor de Dios. El Espíritu de Cristo infundido en las potencias del alma en Gracia de Dios; las potencias son la inteligencia, la voluntad y el corazón, que unidos por el amor le dan la “Conciencia Moral” que es “Cristo que habita por la fe en mi corazón” (Ef 3, 17).
En el Antiguo Testamento la sabiduría es impersonal, pero, en el Nuevo Testamento es personal, es una persona llamada Cristo Jesús (Col 1, 15; 1 de Cor 1, 30) Es el primero de los dones del Espíritu Santo, es inseparable de la humildad, del amor de la Piedad que es el vivir en comunión con Dios y con los hombres, unidos por el amor. Donde hay sabiduría hay humildad y hay caridad.
Sabio según Dios es el que hace el bien. El que hace el mal no es sabio, aunque tenga títulos y diplomados.
¿Hay entre vosotros quien tenga sabiduría o experiencia? Que muestre por su buena conducta las obras hechas con la dulzura de la sabiduría. Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. Tal sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrena, natural, demoníaca. Pues donde existen envidias y espíritu de contienda, allí hay desconcierto y toda clase de maldad. (Snt 3, 13- 16).
Los pilares de la sabiduría son la fe en Jesucristo y la caridad para los hermanos. (Ef 1, 15) Fe y Caridad son inseparables (Gál 5, 6) Y abren el Camino para que vengan a nosotros todas las Virtudes cristiana y los dones del Espíritu Santo: Fe, fortaleza, continencia, sencillez de corazón, pureza de vida; ciencia, santidad, amor farterno y caridad, que vienen a ser el Fundamento del edificio espiritual (1 de Cor 3 11). El Fundamento es Cristo.
Lo que es vivir en Cristo para recibir sus dones y su acción amorosa.
Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención, a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el Señor. (1 de Cor 1, 29- 31).
El Espíritu de Señor está sobre Jesús y los suyos.
El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimido y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.» (Lc 4, 18- 21)-
La sabiduría de Dios nos lleva a Jesús para que sea nuestro Salvador, nuestro Maestro y nuestro Señor. Él es nuestra sabiduría.
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