EL CAMINO QUE JESÚS NOS PRESENTA PARA LA SALVACIÓN.

 

EL CAMINO QUE JESÚS NOS PRESENTA PARA LA SALVACIÓN.

Iluminación: Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas. 

Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.

Dios dijo: «Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas». Y así sucedió. Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día.

Dios dijo: «Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme». Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno.

Entonces dijo: «Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro». Y así sucedió. La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era bueno.

Y así sucedió. Dios hizo dos grandes astros –el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche– y también hizo las estrellas. Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir el día y la noche, y separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día. (Gn 1, 1ss)

Una catequesis en tres lecciones- 

Este primer relato de la Creación fue escrito en el siglo V, durante el exilio en Babilonia; existía el segundo relato de la Creación (Gn 2, 4) desde que fue escrito en el siglo X, en la época de Salomón, pero que existía desde antes y llegaba al pueblo por la Tradición, de boca en boca. 

Este relato de la Creación en una enseñanza a un pueblo analfabeta, que no sabía ni leer y escribir. Una Catequesis en tes lecciones: La Iluminación, la Separación y la Ornamentación. Las tinieblas hacen referencia al pecado, desde entonces, hasta el día de hoy: “Os digo, pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según la vaciedad de su mente, sumergido su pensamiento en las tinieblas y excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su cabeza los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas”. (Ef 4, 17- 19)

La Iluminación: Hágase la Luz y la luz se hizo”. Ahora se puede ver, se puede discernir entre lo bueno y lo malo, se puede reconocer los obstáculos que haya en el camino y se puede reconocer los propios pecados. (cfr Jn 16, 8ss) La Palabra de Dios es Luz para nuestro camino es lámpara para nuestros pies (Slm 119, 105). Jesús mismo es Luz y es Vida: Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» (Jn 8, 12) Luz o tinieblas el hombre tiene que escoger, una cosa u otra porque de la mezcla resulta tibieza y a los tibios los vomitaré de mi boca (cfr Apoc 3, 15-16) ¡Conmigo o contra mí, el que no junta desparrama! (Mt 12, 30)

La Separación: “La Luz viene de loque se escucha, la Palabra de Dios” (cfr Rm 1’0, 17) Escoge, Luz o Tinieblas: Frente a ti está la vida o a muerte, escoge lo que tú quieras (Dt 30, 15ss) Con su Luz Dios ilumina lo que hay en nuestros sepulcros: huesos secos, muerte, es el reinado de la carne (Ez 37, 12) Dios te propone que guardes sus Mandamientos y que rompas con el pecado (cfr 2 de Pe 1, 4; 1 de Jn 1, 8- 10) “Huye de las pasiones de tu juventud, de tus vicios, de tus pecados (cfr 2 de Tm 2, 22). Es el paso de la muerte a la vida, de las tinieblas a la Luz del pecado ala Gracia.

La Ornamentación: Si hay Iluminación, habrá Separación y habrá Ornamentación, y si no la vida es estéril. La Ornamentación es el Fruto del Espíritu o son los frutos de la fe: el amor, la paz, la justicia, el gozo, y otros más (Gál 5, 22- 23; Col 3, 12; Ef 5, 9) El Fruto es la Santidad: “Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os alejéis de la fornicación, que cada uno de vosotros sepa poseer su cuerpo con santidad y honor, y no dominado por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Que nadie falte a su hermano ni se aproveche de él en este punto, pues el Señor se vengará de todo esto, como os lo dijimos ya y lo atestiguamos”. (1 de Tes 4, 3- 6)

Santo es el que es portador de la Luz de Cristo. Es el que es portador del Amor que Dios ha derramado en nuestro corazón juntamente con el Espíritu Santo que Dios nos ha dado” (Rm 5, 5) Santo es el que poseído por Cristo que habita por la fe en nuestro corazón (Ef 3, 17) Santo es aquel o aquella que ha pasado por la Puerta estrecha: Cristo Crucificado (Mt 7, 13 14) Para apropiarse de los frutos de la Redención: el perdón, la paz, la resurrección y el don del Espíritu Santo, y permanece en el Amor de Cristo.

“Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” (Jn 15, 9- 10).

Con la Luz de Cristo, reconocemos el mal y el bien, rechazamos el mal y amamos apasionadamente el bien (Rm 12, 9) Y poder así amar, seguir y servir a Cristo en la libertad de los hijos de Dios, con alegría y en paz. (Gál 5, 1:  6, 8) Este es el camino para revestirnos de Cristo y estar siendo y haciéndonos hombres nuevos., revestidos en justicia y santidad (Ef 4, 24) Es un Camino estrecho, pero que lleva a la Vida eterna. 

Las tres lecciones: La Iluminación, la Separación y la Ornamentación. Todo es gratuito e inmerecido, no se compra y no se vende.