EL AMOR DE DIOS ES MANIFESTADO EN CRISTO JESÚS EN FAVOR DE TODOS.
le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.» Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? (Jn 14, 5- 9)
Jesús es el Revelador del Padre y el es el revelador del hombre. Jesús es lo que nosotros estamos llamados a ser: hijos de Dios en el Hijo, hermanos en Cristo y servidores en él. La voluntad de Dios es que seamos Uno en Cristo por el amor. En Jesús vemos y reconocemos los Rostros de Dios.
1. Los rostros de Dios.
a) El primer rostro de Dios es Padre. Padre es nombre de Dios en el Nuevo Testamento. Jesús nos dice: He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. (Jn 17, 6) Cuando ustedes recen digan siempre: “Padre Nuestro” (Mt 6, 9) Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo (Jn 17, 24) Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. (Jn 17, 11) Padre justo (Jn 17, 25). «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. (Mt 11, 25)
b) El segundo rostro de Dios es Amor. Así lo dice san Juan: Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. (1de Jn 4, 8- 9) El amor no consiste en que nosotros amemos a Dios, sino en que él nos amó por primero (1 de Jn 4, 10) Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. (Jn 3, 16) Amar es darse, es donarse, es entregarse por amor para salvarnos.
c) el tercer rostro de Dios es Perdón. Es rico en amor y en misericordia, para Dios perdonar es amar. Él perdona lo grande y lo chiquito; lo mucho y lo poquito. Es el Dios de las misericordias y el Dios de los perdones. (Neh 9, 17). El corazón de Dios está inflamado por la Compasión por eso es siempre misericordioso.
La misericordia en la Biblia se refiere sobre todo al amor constante, inagotable y fiel de Dios para con su pueblo. Dios decidió ofrecernos perdón en lugar de darnos el castigo que merecíamos por nuestros pecados. Envió a su Hijo Jesucristo al mundo para que tengamos vida por él (Juan 6, 40). ¡Así de grande es su misericordia.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! (Ef 2, 4- 5).
d) El cuarto rostro de Dios es Libertad. Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad. (2 de Cor 3, 17). La Libertad es nuestra vocación, llamados a ser libres como él es libre (Gál 5, 1)
Él es el totalmente libre; libre para crearnos de la nada; libre para darnos una herencia y permitir que saliéramos a derrocharla; libre para ir a buscarnos y hacer una fiesta en nuestro honor. Porque Dios es Libertad, puede amarnos con todo, hasta darnos a su Hijo. Por que es el totalmente libre sacó a su Pueblo de la esclavitud de Egipto y lo llevo a la tierra que mana leche y miel.
2.El Plan de Dios es para el hombre y es para todos los hombres. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo”. (Ef 1, 3). Cuatro son las bendiciones espirituales que tiene como finalidad que lleguemos a ser “Alabanza de la gloria de su Nombre (Ef 1, 14).
a) La elección. “Por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor”. (Ef 1, 4) Elegidos por amor y para amar; nos ama con un amor muy viejo desde antes del que el mundo existiera, ya nos conocía y nos amaba. Elegidos para ser santos e inmaculados en el amor. La elección es gratuita, inmerecida; irrevocable y funcional. Nada hicimos para que Él nos eligiera. La iniciativa es de Dios que nos amó por primero (1 de Jn 4, 19)
b) La Filiación. Eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado. (Ef 1, 5- 6) El único destino que podemos aceptar el el que Dios nos ha dado: “el destino glorioso de ser hijos de Dios en el Hijo”. Si hay filiación, hay también fraternidad, somos una Familia grande todos somos hermanos de los hermanos de Jesús. El que quiera ser hijo de Dios que acepte ser hermanos de los otros hijos de Dios.
c) La Redención. En él tenemos por medio de su sangre la redención, el perdón de los delitos, según la riqueza de su gracia. (Ef 1, 7) La Redención hace referencia al sacrificio perfecto que Jesús ofreció por nuestra salvación. Con la redención venció al pecado y pagó el precio por la deuda. “Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.” (Jn 10, 17- 18)
d) La santificación. que ha prodigado sobre nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el Misterio de su voluntad según el benévolo designio que en él se propuso de antemano” (Ef 1.8-9) Dos de los dones del Espíritu Santo: sabiduría y entendimiento, para conducirnos a Cristo y a la vida eterna (Rm 8, 14-17).
3. El Arte de Amar.
a) Amar por primero. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. (1 de Jn 4, 10- 11).
b) Amar a todos. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no hace acepción de personas. Cristo vino por todos y murió por todos. (Jn 3, 16)
c)Hacerse uno con el otro. En Cristo nos hacemos uno con el otro. Lo reconocemos y aceptamos como nuestro hermano, somos de una misma Familia, y somos regalo de Dios, él uno para el otro, y podemos cargar sus debilidades. (Rm 14, 1: 15,1)
d) Amar a los enemigos. «Pero yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. (Lc 6, 27- 28)
e) Amor recíproco. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.» (Jn 13, 34- 35).
f) Amar con otros. Amar con otros es caminar con otros, trabajar juntos, orar unidos, compartir los dones que hemos recibido con ellos. A esto se le llama sinodalidad. Es preocuparse por todos, reconciliarse con ellos y compartirlo todo con todos. Todos somos necesarios y nadie sale sobrando.
4. ¿Cuándo nos ha amado Dios?
a) En la Creación. (Is 43, 1- 3)
b) En la regeneración nos entregó a su Hijo. (Jn 3, 16)
c) Al darnos Espíritu Santo. (Gál 4, 4- 6)
d) Al quedarse en la Eucaristía. (Lc 24, 3o- 31)
e) Jesús quiso quedarse en los pobres (Mt 25, 31- 45)
5. ¿Cómo es el Amor de Dios?
a) Es Eterno. “De lejos Yahveh se me apareció. Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti.” (Jer 31, 3) Te ha amado desde siempre y te amará hasta siempre. Lo eterno no tiene principio y no tiene fin. El amor de Dios tomó rostro humano, se hizo temporal para amarnos con un corazón de hombre (cfr Jn 1, 14).
b) Es Personal. Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti. Dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida. (Is 43, 2. 4). Te ama incondicionalmente, a pesar de los pecados que cometas.
c) Es Universal. Dios a toda ama, no hace acepción de personas; Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. (Mt 5, 44- 45)
d) Es Inabarcable. Su amor puede abrazar a todos los hombres y le sobra. Su corazón es como un mar inmenso de amor, y Él quiere que nos sumerjamos y nademos en su amor para que nos empapemos de su amor y podamos ser entonces felices.
6. El Camino del Amor es el hacerse pobre como Jesús.
a) Siendo rico se hizo pobre. Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza. (2 de Cor 8, 9) Su pobreza es su Encarnación, su Pasión y su Muerte. Su riqueza es ser el Hijo de Dios, el Hermanos universal y el Servidor de todos.
b) la humildad de Jesús. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. (Flp 2, 6- 8).
c) Al amor se le responde con amor. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre. (Flp 2, 9- 11)
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