ADORAR AL PADRE EN EL HIJO POR EL ESPIRITU SANTO.
Iluminación: Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, según la riqueza de su gloria, que seáis fortalecidos por la acción de su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios. (Ef 3, 14- 19).
1. -Por la fe de Jesucristo somos justificados.
Somos perdonados, reconciliados, salvados y santificados, por la acción del Espíritu Santo.
Nuestra fe es Trinitaria Creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Tres personas en un solo Dios. Amamos, servimos y adoramos al Padre en el Hijo por el Espíritu Santo.
Nuestra fe es Cristo céntrica. Por que ha sido la segunda Persona la que tomó rostro humano para amarnos con un corazón de hombre (cfr Jn 1, 14) Jesús nos enseñó el camino para adorar a Dios en Espíritu y en Verdad (Jn 4, 24).
Nuestra fe es Neumatológica. Jesús vino a traernos al Espíritu Santo para que actualizara la Obra redentora de Cristo. El Espíritu Santo nos lleva a Cristo, su Obra es actualizar la Obra de Cristo para que todo el que la acepte se salve. Él guía a los hijos de Dios. (Rm 8, 14- 17)
Nuestra fe es Eclesiológica. Es la fe de la Iglesia, una, santa y católica. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. (Ef 4, 4-6).
Es una fe Sacramental. Por los Sacramentos somos liberados, perdonados, salvados, fortalecidos y santificados: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;(Hch 2, 37- 38) “En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Gál 3, 27- 28).
Es una fe Pascual. Es el paso de la muerte a la vida, del pecado a la Gracia, de las tinieblas a la luz; del hombre viejo al Hombre Nuevo. Jesucristo resucitado. (Ef 2, 4- 6; Ef 5, 7-9; Ef 4, 23- 24) El paso de la Antigua Alianza a la Nueva Alianza (1 de Cor 5, 6- 8).
Es una fe Antropológica. Somos hombres nuevos, hemos nacidos de Dios, (2 de Cor 5, 17; Jn 1, 11) Dónde abundó el pecado sobre abunda la Gracia de Dios (Rm 5, 20) Ahora somos pertenencia de Cristo, lo amamos y lo servimos.
Es una fe Mariana. María es la Madre de Jesús, el Cristo que es Dios (Rm 9, 5) Y es también la Madre de la Iglesia, comprada a precio de Sangre: “He ahí a tu hijo” y “He ahí a tu Madre” (Jn 19, 25ss).
2. El bautismo en el Espíritu Santo.
Respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. (Lc 3, 16)
El bautismo del Espíritu Santo es la “experiencia de la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. “Elegidos por amor y para amar por el Padre” “Redimidos y perdonados por Cristo” y “Santificados por el Espíritu Santo”. La experiencia es iniciativa de Dios que nos amó por primero para llevarnos al conocimiento y al crecimiento de la Gracia de Cristo. Experiencia que nos lleva a la Unidad de nuestra mente, voluntad y corazón; es la respuesta que damos a la fe, la esperanza y a la caridad. Experiencia que hace de nosotros “Santuario de Dios” “Miembros vivos del Cuerpo de Cristo” (1 de Cor 6, 15- 16) “Templos vivos del Espíritu Santo” (1 de Cor 6, 19).
Jesús y el Espíritu Santo son inseparables; Jesús es el primer Paráclito y el Espíritu Santo es el segundo Paráclito que significa Consolador, Maestro y Abogado. La Obra redentora realizada por Cristo es hoy día, actualizada por el Espíritu Santo. La Obra del Espíritu Santo es mostrar al mundo el rostro de Jesús para que todo el que crea se salve, y el que no crea se pierda (Mc 16, 16). La Luz de Cristo es la Luz del Espíritu Santo: Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio- En lo referente al pecado, en lo referente al juicio y en referente a la rectitud. (Jn 16, 7- 9) El Espíritu Santo es el actor del Nuevo Nacimiento, del nacer de Dios en Cristo.
El modo para recibir el bautismo del Espíritu Santo es mediante la “Vivencia de encuentros con el Señor Jesús”. Los lugares de encuentro son “la Oración íntima, cálida y extensa, es la oración del corazón.” Oración fraterna, en fe y caridad oramos por los demás para que el Señor Jesús los bautice con su Espíritu. “La Palabra de Dios escuchada, meditada, guardada en nuestro corazón y puesta en práctica.” “La Liturgia de la Iglesia, especialmente los Sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía”. “La práctica de la Caridad, el Amor a los demás”.
La experiencia de Dios deja huella para nosotros.
La huella de la experiencia del bautismo del Espíritu Santo es el Amor, la Paz y la Alegría (1 de Jn 3, 14; Rm 14, 17) El Amor de Dios derramado en nuestro corazón juntamente con el Espíritu Santo (Rm 5, 5). Todo el que es libre del corazón, libre en Cristo, puede amar y puede servir a Dios en el Hijo por el Espíritu Santo.
El amor a la persona de Jesús. Amor a su Palabra (Jn 14, 21- 23; 1 de Jn 2, 3-5) El Amor es fuerza para vencer el mal y para hacer el bien. La experiencia del bautismo nos hace ser hombres nuevos. Amor a su Oración- Oración humilde, agradecida, en fe e intercesora. Amor a todo lo que Jesús ama, a su Iglesia a la que amó y se entregó por ella (Ef 5, 25). Amor a Dios, a los hombres, a uno mismo y a la Naturaleza.
3. Del Amor pasamos al Servicio.
El Espíritu Santo hace nacer en nosotros el deseo de servir a Cristo y a la Iglesia. (cfr Flp 2, 13) La Iglesia existe para servir con amor, con alegría y con libertad- Para eso hemos sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.” (1 de Cor 6. 11) Para dar vida y para servir. Para eso fue enviada por Jesús:
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» (Jn 20, 20. 23). Con la promesa de estar siempre con ellos (Mt 28, 20)
Para luego ver la manifestación de los Carismas.
El que estaba mudo ahora canta, enseña y predica. El que estaba ciego ahora ve las maravillas de Dios y discierne entre el bien y el mal. El que estaba cojo, ahora brinca, repara y camina, es decir ahora ama y sirve a los demás. Los Carismas crecen con el uso de su ejercicio dentro de una Comunidad fraterna, solidaria, servicial y misionera,
Para luego aparecer en nuestra vida el Gozo inefable, no se puede explicar con palabras, es el Gozo del Espíritu, unido al Amor y a la Paz del Espíritu (cfr Col 1, 8). Amor, Fortaleza y Dominio propio para vencer el mal y alcanzar la perfección cristiana (2 de Tim 1, 7; 3, 17)
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