LLAMADOS A REPRODUCIR LA IMAGEN DE SU HIJO JESÚS.

 

LLAMADOS A REPRODUCIR LA IMAGEN DE SU HIJO JESÚS.



 

En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido: “Levántate y ponte allí en medio”.


Después les preguntó: “¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana.


Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes, con los del partido de Herodes, para matar a Jesús. (Marcos 3, 1-6)

 

¿Qué es lo que enseña Jesús a la gente?

 

Jesús enseña el arte de vivir en comunión con Dios, Fuente y Origen de todo Amor. Por eso ha puesto el corazón del hombre la Ley natural: “No hagas cosas malas, haz cosas buenas, en caso de hayas fallado, nos dice, arrepiéntete, para luego decirnos “alégrate”. Dios quiere que guardemos sus mandamientos: Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escuchas los mandamientos de Yahveh tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas a Yahveh tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y multiplicarás; Yahveh tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión. (Dt 30, 15- 16)

 

¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal?

Es la pregunta de Jesús a los hombres de la religión y a todos y a cada uno de nosotros. La voluntad de Dios es que aborrezcamos el mal y que amemos apasionadamente el bien (Rm 12, 9) O con palabras de san Juan: Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. (1 de Jn 2, 1-2). El pecado divide, confunde, engaña, manipula, sofoca y mata (Rm 6, 20- 23) Nos atrofia y nos paraliza para hacer el bien.

Jesús pone al enfermo como centro de la asamblea.

Jesús le dijo al tullido: “Levántate y ponte allí en medio”. Todos lo pueden ver, su mano está seca y tullida, no la puede mover. Está atrofiada. Luego pregunta a la Asamblea, especialmente la pregunta es para los escribas y fariseos, los señores de la religión:“¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? No hay respuesta, un espíritu mudo reina en la asamblea, Jesús se entristece y con un corazón lleno de compasión dice al de la mano tullida: “Extiende tu mano”. Y el enfermo extendió su mano.

 

Frente al milagro de Jesús la asamblea se divide en dos: Unos alaban y glorifican a Dios, otros se llenan de odio y se organizan para matar a Jesús. Unos creen en Jesús y otros lo rechazan. Jesús es el Restaurador de muros caídos (Is 58, 12) Jesús levanta a los caídos y hace ver a los ciegos, oír a los sordos. ¿Cómo lo hace? En el Encuentro con Jesús, nos libera de nuestras cargas y nos hace participar del triunfo de su Resurrección. Para que participemos de los frutos de la Redención: El perdón, la Paz, la Resurrección y el don del Espíritu Santo, nacemos de Dios, a su imagen y semejanza (cfr Jn 1, 11- 12)

 

¿Qué significa ser imagen y semejanza de Dios?

 

Significa tener la mirada de Dios, para ver, más bien para discernir entre lo bueno y lo malo, para aprender a ver la intención y no la acción- Para valorarnos por lo que somos y no por lo que tenemos o por lo que hacemos.

 

Significa saber escuchar la voz de Dios en nuestro corazón para invitarnos a amarlo y a seguirlo. Para hacer el bien y rechazar el mal. También significa escuchar las voces de los pobres que nos invitan a compartir con ellos lo que tenemos y lo que somos.

 

Significa hablar, pero, más que hablar comunicarnos con Dios y con los demás. Esto necesita aprender la “glosolalia de Dios”. Sus lenguas que son amables, limpias y veraces. Palabras que animan, consuelan, reconcilian, salvan y corrigen.

 

Significa trabajar con sus manos para cultivar las semillas del reino de Dios. Trabajar en nuestra liberación y en nuestra salvación, el que no trabaje que no coma dice el Apóstol de los gentiles.

 

Significa caminar con los pies sobre la tierra, hay que levantarse para recibir la luz de Cristo (Ef 5, 14) Caminar es amar y servir a Cristo. El que no ama no camina, está al borde de su realización.

 

Significa descansar. Cristo es nuestro Descanso. Para entrar a su Descanso hay que romper con el pecado para entrar en Comunión con él y participar de la naturaleza divina (cfr 2 de Pe 1, 4), así lo dice el evangelio de san Mateo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.» (Mt 11, 28- 30)

Esta es la Obra de Dios: Reproducir la imagen de Cristo.

Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó. (Rm 8, 28- 30)

 

 

 

 

 



 

 

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