LECTURAS
DEL DOMINGO 14 DE JULIO
INTRODUCCIÓN
Ser discípulos y
misioneros de Jesucristo significa partir, escuchar la palabra del Señor y
salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los otros. El Señor envió a
sus discípulos sin alforja y sin dinero, como signo de que en las cosas del
Señor sólo Él basta.
Ser discípulos del Señor
nos llena de alegría, pues sólo en Él encontramos respuesta a todas nuestras
inquietudes; nuestros corazones en Él encuentran descanso cuando acogiendo la
palabra acogemos su llamado y cumplimos su voluntad.
En este domingo en donde
el Señor envía sus discípulos, pidámosle “que siempre nos dé el fuego de su
santo espíritu, para que ilumine nuestras mentes y despierte en nosotros el
deseo de contemplarlo, el amor a los hermanos, sobre todo a los más
necesitados, que todos tengamos ardor por anunciarlo”.
Discípulos y misioneros
tuyos, queremos remar mar adentro para que nuestros pueblos tengan en ti vida
abundante, y con solidaridad construyamos la fraternidad y la paz. Señor Jesús,
¡ven y envíanos! María, madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amén.
Antífona
de entrada Cf. Sal 16, 15
Por tu justicia, yo contemplaré tu rostro, y al despertar me
saciaré de tu presencia.
Gloria
ORACIÓN
COLECTA
Señor Dios, que iluminas a los extraviados con la luz de tu verdad, para
que puedan volver al buen camino; danos, a quienes hacemos profesión de
cristianos, la gracia de rechazar todo lo que se opone a este nombre y
comprometernos con todas sus exigencias. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los
siglos de los siglos.
PRIMERA
LECTURA
Ve a profetizar a mi pueblo.
Lectura de la profecía de Amós 7, 12-15
Amasías, el sacerdote de Betel, dijo a Amós: “Vete de aquí,
vidente, refúgiate en el país de Judá, gánate allí la vida y profetiza allí.
Pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque éste es un santuario del rey, un
templo del reino”.
Amós respondió a Amasías: “Yo no soy profeta, ni hijo de
profetas, sino pastor y cultivador de sicómoros; pero el Señor me sacó de
detrás del rebaño y me dijo: "Ve a profetizar a mi pueblo Israel"”.
SALMO RESPONSORIAL 84, 9ab. 10-14
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
Voy a proclamar lo que dice el Señor: el Señor promete la paz para su
pueblo y sus amigos. Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria
habitará en nuestra tierra.
El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán,
la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo.
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus
frutos. La Justicia irá delante de Él, y la Paz, sobre la huella de sus pasos.
SEGUNDA
LECTURA
Nos ha elegido en Él, antes de la creación del mundo.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de
Éfeso 1, 3-14
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha
elegido en Él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e
irreprochables en su presencia, por el amor.
Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo,
conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su
gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.
En Él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de
los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros,
dándonos toda sabiduría y entendimiento.
Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio
misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en
la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la
tierra, bajo una sola Cabeza, que es Cristo.
En Él, nosotros, los que hemos puesto nuestra esperanza en Él, hemos
sido constituidos herederos y destinados de antemano, para ser alabanza de su
gloria, según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su
voluntad.
En Él, ustedes, los que escucharon la Palabra de la verdad, la Buena
Noticia de la salvación, y creyeron en ella, también han sido marcados con un
sello por el Espíritu Santo prometido.
Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia y prepara la redención
del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su gloria.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Ef 1, 17-18
Aleluya.
El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestros corazones, para
que podamos valorar la esperanza a la que hemos sido llamados. Aleluya.
EVANGELIO
Los envió.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6,
7-13
Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre
los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan,
ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran
dos túnicas.
Les dijo: “Permanezcan en la casa donde les den alojamiento
hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los
escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio
contra ellos”.
Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a
muchos demonios y sanaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
CREDO
ORACIÓN
DE LOS FIELES
Que nuestras oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y que
nuestros ruegos sean escuchados por aquél que escruta el corazón de todos:
Pidamos la sabiduría del Hijo de Dios para los que proclaman con
fidelidad la palabra divina y para todos los ministros que sirven a la Iglesia.
Por los cristianos separados de la Iglesia católica y apostólica, por
Israel, el pueblo de la antigua alianza, y por los que no conocen al Dios
verdadero, invoquemos al Señor, dueño de toda verdad.
Por los que viven lejos de su casa, por los encarcelados, por los
débiles y oprimidos, y por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús,
el Salvador.
Invoquemos con fe y devoción al Señor de la gloria por la paz y
felicidad de los que ahora estamos aquí, huéspedes en la casa del Señor.
Escucha, Padre todopoderoso, nuestras oraciones y concédenos considerar
por encima de todo la grandeza de los favores que nos has otorgado con tu Hijo
amado, para que, llenos del Espíritu Santo, anunciemos al mundo, de palabra y
con las obras, el plan que has proyectado realizar en nuestros tiempos. Por
Jesucristo, nuestro Señor
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, mira con bondad los dones de tu Iglesia en oración
y concede que, al recibirlos, se acreciente la santidad de los creyentes. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal
83, 4-5
Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde
poner sus pichones: junto a tus altares, Señor del universo, mi Rey y mi Dios.
Felices los que habitan en tu casa y te alaban sin cesar.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con esta eucaristía, te pedimos, Padre, que por la
celebración frecuente de este misterio crezca en nosotros el fruto de la
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Publicar un comentario