PROCURA PRESENTARTE ANTE DIOS COMO UN
HOMBRE PROBADO.
15.
Procura cuidadosamente presentarte ante Dios como hombre probado, como obrero
que no tiene por qué avergonzarse, como fiel distribuidor de la Palabra de la
verdad. Como un
hombre de virtud probada. Te has decidido servir al Señor, prepárate para la
prueba (Eclo 2, 1- 2) Después de la prueba, si has vencido, estás listo para ser
un servidor del Señor. Considerad
como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por toda clase de pruebas, sabiendo
que la calidad probada de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento; pero
la paciencia ha de ir acompañada de obras perfectas para que seáis perfectos e
íntegros sin que dejéis nada que desear. (Snt 1, 2- 4)
16. Evita las palabrerías profanas,
pues los que a ellas se dan crecerán cada vez más en impiedad. La virtud de la piedad nos hace vivir en comunión como
hijos y con los demás como hermanos. La
impureza llena nuestros labios de palabras sucias, groseras e impuras, que dan
muerte a nuestra fe y contristan al Espíritu Santo (Ef 4m 39) La boca habla de
lo que hay en el corazón (Lc 6, 45) Que nuestras palabras sean amables, limpias
y veraces. Que nuestras palabras animen, reconcilien, liberen, consuelen,
salven y corrijan con humildad y mansedumbre. Las palabras profanan dividen
engañan, confunden aplastan y matan.
17. y su palabra irá cundiendo como
gangrena. Himeneo y Fileto son de
éstos: Las palabras que vienen de la mentira, de la envidia, de la malicia, de
la hipocresía y de la maledicencia son palabrería que nos llevan a la muerte
del pecado (Rm 6, 23) Palabras que llevan al error, y desvían de la fe y del
evangelio.
18. se han desviado de la verdad al
afirmar que la resurrección ya ha sucedido;
y pervierten la fe de algunos. Aparecen las primeras herejías. La herejía es
pretender vivir en la fe, negando las verdades de la Escritura. La herejía
viene de espiritualidad torcida y equivocada. Y son muchos los que viven como
herejes, dentro de la Iglesia. Afirman algunas verdades , pero niegan otras.
Como negar la Vida eterna, la resurrección, la presencia real de Jesucristo en
la Eucaristía, el poder de perdonar los pecados por medio de la confesión
sacramental, etc.
19.Sin embargo el sólido fundamento
puesto por Dios se mantiene firme, marcado con este sello: El Señor conoce a los que son suyos; y: Apártese de
la iniquidad todo el que pronuncia el nombre del Señor. Todo el que conoce al
Señor ama y cree en la Palabra de Dios, estos le pertenecen, y los que le
pertenecen al Señor no rechazan la Cruz de Jesús (cf Gál 5, 24) La abrazan y
participan de la Pasión de Cristo (Col 1, 24)
20. En una casa grande no hay solamente
utensilios de oro y de plata,
sino también de madera y de barro; y unos son para usos nobles y otros para
usos viles. La casa grande es la Iglesia, en la que hay santos y pecadores, fuertes
y débiles, sanos y enfermos, buenos y malos, el que quiera ser útil, que se
consagre al Señor. Que tome la firme determinación de seguir a Cristo y que dé
la espalda al mundo. Que tome su Cruz y siga al Señor para que lo ame y lo sirva,
21. Si, pues, alguno se mantiene
limpio de estas faltas, será un utensilio
para uso noble, santificado y útil para su Dueño, dispuesto para toda obra
buena. Pues si algunos tienen una fe sincera, un corazón limpio y una
conciencia recta (1 de Tim 1, 5) Pueden servir a Cristo, su Señor. Han pasado de
la muerte a la vida, del pecado a la gracia, son hombre nuevos, para servir y
amar al Señor. (cf Ef 4, 24; Jn 13, 13. 34)
22. Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la
caridad, de la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro. Este
texto es clave para la práctica de la moral católica: Rechazad el mal y amen
apasionadamente el bien (Rm 12, 9) Un Culto en pecado no es grato ni agradable
a Dios (cf In 1, 16; Mt 7, 21-23) No basta con decir: Yo no peco, hay que hacer
el bien, hay que practicar las virtudes para revestirse de Jesucristo (Rm 13,
14) Dedícate a buscar a Dios en la justicia, en la misericordia yen la
santidad. Invoca al Señor con un corazón limpio y puro, y únete a los que así
lo hacen, hazte amigo de los amigos de Dios.
23. Evita las discusiones necias y
estúpidas; tú sabes bien que engendran
altercados. Evita, huye de las discusiones necias y estúpidas, sobre la fe o
sobre la Palabra de Dios. Pueden llevarte a la ira, perder control y contristar
al Espíritu Santo con palabras necias y ofensivas. Más bien con un espíritu
humilde y manso da testimonio de tu esperanza con amabilidad y respeto. ( 1 de
Pe 3, 15).
24. Y a un siervo del Señor no le
conviene altercar, sino ser amable,
con todos, pronto a enseñar, sufrido. A un Servidor del Señor, a de cuidar su
boca, para o altercar y no discutir. Con sus palabras limpias, amables y
veraces puede dar testimonio de su esperanza, si no se puede, por la necedad,
dé la espalda y váyase. Más vale decir: aquí corrió, que decir aquí murió.
25. y que corrija con mansedumbre a
los adversarios, por si Dios les
otorga la conversión que les haga conocer plenamente la verdad. Ser mansos es
creer que el amor es más fuerte que el odio. El manso de corazón no es violento
ni agresivo, es pacífico, por eso evita toda violencia y toda agresividad. La
mansedumbre es inseparable de la humildad y son hijas de la sencillez de
corazón. Que a a su vez, viene de la Fe.
26. y volver al buen sentido,
librándose de los lazos del Diablo que los tiene cautivos, rendidos a su
voluntad. Del Diablo viene todo
espíritu que no viene de la Fe (Rm 14, 23) Todo lo viene del engaño, de la
mentira, de lo impuro, de la confusión, de la envidia y de toda maledicencia (1
de Pe 2, 1) Por sus frutos los reconoceréis. El árbol malo da fruto malo, el
árbol bueno da fruto bueno, por sus frutos los reconoceréis. (Mt 7, 16- 20)
Comparemos la teología de Pedro con la
de Pablo.
Ya
que Cristo padeció en la carne, armaos también vosotros de este mismo
pensamiento: quien padece en la carne, ha roto con el pecado, para vivir ya el
tiempo que le quede en la carne, no según las pasiones humanas, sino según la
voluntad de Dios. Ya es bastante el tiempo que habéis pasado obrando conforme
al querer de los gentiles, viviendo en desenfrenos, liviandades, crápulas,
orgías, embriagueces y en cultos ilícitos a los ídolos. A este propósito, se
extrañan de que no corráis con ellos hacia ese libertinaje desbordado, y
prorrumpen en injurias. (1 de Pe 4, 1- 4)
Publicar un comentario