EL
SEÑOR ESTÁ CONTIGO VALIENTE GUERRERO
En
aquellos días, el ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofrá,
propiedad de Joás de Abiezer, mientras su hijo Gedeón estaba trillando a látigo
en el lagar, para esconderse de los madianitas. El ángel del Señor se le
apareció y le dijo: «El Señor está contigo, valiente.» Gedeón respondió:
«Perdón, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha venido encima todo
esto? ¿Dónde han quedado aquellos prodigios que nos contaban nuestros padres:
"De Egipto nos sacó el Señor." La verdad es que ahora el Señor nos ha
desamparado y nos ha entregado a los madianitas.» (Jue 6, 11-13)
El
ángel del Señor visita al joven Gedeón y le dice: “No tengas miedo, el Señor
está contigo, valiente guerrero”. Gedeón respondió: «Perdón, si el Señor está
con nosotros, ¿por qué nos ha venido encima todo esto? ¿Qué hemos hecho? ¿Por
qué Dios nos ha abandonado? El pueblo no era fiel a la Alianza, había dado la
espalda a Dios y había caído en la idolatría. La respuesta es de Jeremías que
nos dice: “Mi pueblo ha cometido un doble pecado: Me dejaron a mí, fuente de
agua viva, para irse a hacerse cisternas agrietadas que no contienen el agua”
(cf Jer 2, 13) La idolatría era el pecado de Israel. Ídolo es lo que ocupa el lugar
de Dios. Por eso aplastan y oprimen al pueblo.
El
Señor se volvió a él y le dijo: «Vete, y con tus propias fuerzas salva a Israel
de los madianitas. Yo te envío.» Gedeón replicó: «Perdón, ¿cómo puedo yo librar
a Israel? Precisamente mi familia es la menor de Manasés, y yo soy el más
pequeño en la casa de mi padre. El Señor contestó: «Yo estaré contigo, y
derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.»(Jue 6, 14- 15)
Gedeón
es el misionero del Señor: “Yo te envío”. “Vete, lucha, vence y salva a Israel
de las manos de los madianitas. “Yo estaré contigo”. Dios está con sus
misioneros, como lo había estado con Moisés y con Josué, ahora lo estaré con
Gedeón, el valiente que pide una señal, quiere seguridad de que el Señor es quien
lo envía. Gedeón insistió: «Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que
eres tú quien habla conmigo. No te vayas de aquí hasta que yo vuelva con una
ofrenda y te la presente.» (Jue 6, 17)
El
Señor dijo: «Aquí me quedaré hasta que vuelvas.» Gedeón marchó a preparar un
cabrito y unos panes ázimos con media fanega de harina; colocó luego la carne
en la cesta y echó el caldo en el puchero; se lo llevó al Señor y se lo ofreció
bajo la encina. El ángel del Señor le dijo: «Coge la carne y los panes ázimos,
colócalos sobre esta roca y derrama el caldo.» Así lo hizo. Entonces el ángel
del Señor alargó la punta del cayado que llevaba, tocó la carne y los panes, y
se levantó de la roca una llamarada que los consumió. Y el ángel del Señor
desapareció.(Jue 6, 18- 21)
La
señal era que Dios aceptó la ofrenda, el culto de Gedeón. Había confianza del
Señor a su amigo, a su misionero. Dios no hace alianza con esclavos, primero
los libera y luego hace amistad con ellos, Gedeón era un hombre libre, libre
para hacer la voluntad de Dios, salvar a su pueblo Israel de la opresión de
Amalec. Puso algo de resistencia: soy el más pequeño de mi familia que es la
más pobre de Manasés. Como diciendo no soy digno, no soy capaz de hacer lo que
me pides: Pero la palabra del Señor estaba con él: “Yo estaré contigo”.
La
pedagogía de Dios es la misma ayer, hoy y siempre. El pecado nos priva de la
gloria de Dios (Rm 3, 21) Nos lleva a la esclavitud, a la enemistad con Dios y
a la muerte (Rm 6,23) Es separación y es lejanía (Is 59, 1) Es vivir en el país
lejano donde se derrochan los dones y la vida (Lc 15, 11ss) Hoy los enemigos no
son Egipto, Babilonia, Amalec, Edom, y otros más. Hoy nuestros enemigos con el “individualismo,
el Totalitarismo, el Conformismo, el Relativismo, el Ateísmo, las Ideologías, y
otros más. Pablo dice: “Todo espíritu que no venga de la fe, es enemigo, pues
nos lleva al pecado” (cf Rm 14, 23).
La
liberación en Cristo es un don de Dios, viene de la escucha de la Palabra de
Dios (Rm 10, 17) La Palabra nos lleva a un encuentro liberador con Cristo,
encuentro en que nuestros pecados son perdonados y nos deja el don del Espíritu
Santo. Pasamos de las tinieblas a la luz y nos hacemos portadores de la luz, la
bondad, la verdad, y la justicia (Ef 5, 9) Somos portadores de Cristo y de su
Espíritu (Ef 3, 17; 1 de Cor 6, 19) Hemos entrado en su Alianza, le
pertenecemos, lo amamos y lo servimos. Ahora, después del Encuentro, nos llama
a trabajar por nuestra liberación, nuestra salvación y por nuestra santificación.
El camino a seguir es el mismo Cristo: Yo soy el camino, la verdad y la vida
(Jn 14, 6) Ámame y Sígueme. ¿Cómo? “Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme”
(Lc 9, 23) “No tengas miedo, “yo estaré contigo hasta los confines de la tierra
(Mt 28, 20)
Y
nos hace una doble recomendación: “Vigilad y orad para no caer en tentación” (Mt
26, 41) Pues la vida cristiana es don y es lucha, es tarea y es conquista.
Vigilad significa conócete a la luz de la Palabra de Dios para que puedas
reconocer tus debilidades o tus pecados. Vigilad significa Despojaos del traje
de tinieblas (Ha comenzado la lucha) Vigilad significa Revestíos de justicia y santidad
(Ef 4, 24) Vigilad significa Luchar contra las fuerzas del mal para vencerlas
con las armas de Luz (Rm 13, 12) Es la lucha del bien contra el mal, del Ego contra
el Amor, la lucha entre los vicios y las virtudes. Es la lucha del hombre viejo
contra el Hombre Nuevo, Jesucristo resucitado con todos sus valientes
guerreros. Vigilad significa Orad. Orar siempre, en cualquier lugar y por
cualquier circunstancia porque nuestra lucha no es contra la gente, sino contra
espíritus del mal que tienen poder y autoridad sobre esta mundo tenebroso. (Ef
6, 10-12) Orad porque solo Dios da el crecimiento y orad para ser siempre valientes
guerreros del Señor.
Como
valiente guerrero del Señor, no te enredes en los asuntos de la vida civil (2
de Ti 2, 4) es decir no participes de la vida mundana, pagana y de pecado, sé
un hombre y una mujer de Cristo, siendo conducidos por el Espíritu Santo (cf
Gál 5, 16- 18) La victoria es de Cristo y élla comparte con nosotros, si somos
fieles.
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