EL CULTO SIN MORAL ESTÁ VACÍO Y ES ESTÉRIL.
Dios interrumpe el Culto que el pueblo
y sus sacerdotes están dando Dios: “Me tapo los ojos para no verlos y los oídos
para no escucharlos porque manos están llenas de Sangre” (Is 1, 15) El culto en
pecado no es agradable a Dios (Heb 11, 6) “Arrepiéntanse, apártense del mal,
rompan con el pecado, (1 de Jn 1, 8) aborrezcan el mal y aprendan hacer el bien
(Rom 12, 9) Busquen la justicia y el derecho (La santidad) (Os 2, 21) Busquen a
los pobres y ámenlos (Mt 25, 35- 40) Este es el llamado al arrepentimiento, a
la conversión:
"«Venid a mí
todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad
sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga
ligera.»"(Mt 11, 28- 30)
“Vengan, pues, y discutamos, dice el
Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la
nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana.”
Con un corazón limpio, con una fe sincera y con una conciencia recta (1 de Tim
1, 5) Todo cambia, somos gratos y agradables a Dios. Entonces la Palabra de
Dios nos anima y nos consuela: “Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los
frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, a espada los
devorará".
Escuchemos las palabras del profeta
Jeremías decirnos: "Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me
dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas
agrietadas, que el agua no retienen."(Jer 2, 13) El pecado de
Israel es la Idolatría, el culto a los ídolos. Ídolo es todo lo que ponemos en
el corazón en lugar de Cristo, en lugar
de Dios. El camino para liberarnos de la Idolatría es la escucha y obediencia de
la Palabra: "Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si
os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis
la verdad y la verdad os hará libres.»"(Jn 8, 1- 32) Libres del
pecado y libres para amar y para servir.
El
relato evangélico:
En aquel tiempo, Jesús dijo a las
multitudes y a sus discípulos:
"En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan,
pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y
hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre
las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo
lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del
manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos
de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la
gente los llame 'maestros'. Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen
'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A
ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es
sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el guía de ustedes
es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el
que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido". (Mt
23, 1-12)
El Mensaje de Jesús el Señor es para
todos los tiempos, es Palabra de Dios para ayer, hoy y siempre. Y es para
todos, buenos y malos, justos y pecadores. “Si vuestra justicia no supera la
justicia de los escribas y fariseos, no entraréis al Reino de los Cielos.” (Mt
5, 20) "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos.
Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una
cosa y hacen otra.” Hagan lo que ellos dicen, pero no hagan lo que ellos hacen.
Son legalistas, rigoristas y perfeccionistas, todo lo hacen para que la gente
los vean. Buscan que en todo les vaya bien y que en todo les vaya bien (Buscan
el dinero, la fama y el prestigio). Les gusta que les digan maestros y buscan
los mejores asientos en la sinagoga y en las plazas les gusta que les saluden y
los reverencian. Jesús los llama hipócritas y falsos pastores.
Ustedes, en cambio,
no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos
ustedes son hermanos. Con esto nos dice: Todos son iguales en dignidad; todos
son hijos de Dios, son miembros de una sola familia, la Familia de Dios y entre
ustedes todos son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre',
porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. El único “Maestro es
Cristo” y el único Padre es nuestro Padre celestial”. Esta enseñanza de Jesús
viene del Cielo: "Jesús les respondió: «Mi doctrina no es
mía, sino del que me ha enviado."(Jn 7, 16) y en Lucas nos dice: "«Mi
madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen.»"(Lc
8, 21).
"Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me
conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino
que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. Yo
le conozco, porque vengo de él y él es el que me ha enviado.»" (Jn
7, 28- 29) Conoce a Cristo el que guarda sus mandamientos y guarda su Palabra: "En
esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice:
«Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no
está en él. Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha
llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. "( 1 de
Jn 2, 3- 5)
El que escucha la Palabra de Cristo y cree en ella, tiene vida eterna,
tiene Luz, fuerza y amor. (Jn 8, 12; Jn 10, 10) Se hace sus discípulo, ama y sigue
a Cristo, conoce la Verdad que lo hace libre, libre para amar y para servir al
estilo de su Maestro.
Sigamos a
Cristo y escuchemos a los que nos enseñan las Palabras de Cristo que nos
animan, nos motivan, nos consuelan, nos liberan, nos salvan y nos corrigen con
amor y con humidad. Pidamos al Señor el “don de discernimiento de espíritus”
para que podamos discernir lo que viene de Dios y lo que no viene (1 de Jn 4,
1) Dios llama a la conversión, para por ella llenarnos de Cristo y ser una
Unidad fraterna, solidaria servicial
para poder crecer en el verdadero conocimiento de Dios, en la práctica de las
virtudes, hasta alcanzare la estatura del hombre perfecto Cristo Jesús (cf Ef 4, 13)
"Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados
por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia
que conduce engañosamente al error, antes bien, siendo sinceros en el amor,
crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo," (Ef 4, 14-
15)
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