4.
EL
CÁNTICO DE ZACARÍAS
1.-
El Benedictus.
Zacarías bendice al
Señor con la gozosa alabanza dirigida al Dios de Israel en agradecimiento por
su misericordia, indulgencia y bondad para con los hombres. Dios ha visitado a
su pueblo oprimido para redimirlo, para iluminar a los que yacían en tinieblas
y en sombras de muerte.
Dios nos ha enviado un
poderoso Salvador, cumpliendo las promesas mesiánicas del Antiguo Testamento a
un pueblo pobre y dominado. Promesas hechas por la boca de sus santos profetas.
2.-
¿Quién es Zacarías?
Hombre de estirpe
sacerdotal que servía en el Templo de Jerusalén y casado con una mujer llamada
Isabel: “Los dos eran justos ante el Señor y caminaban sin tacha en todos los
mandamientos y preceptos del Señor, no tenían hijos porque Isabel era estéril y
de avanzada edad” (Lc 1,5ss) Justos y sin tacha, son Zacarías e Isabel, ambos
son pertenecientes al pequeño resto: los
Anawin de Yaveh.
Zacarías recibió la
visita del ángel enviado por Dios, con
un anuncio de salvación de la misma manera que lo recibiría María en la
Anunciación, el ángel le dijo: “No temas Zacarías porque tu petición ha sido
escuchada, Isabel tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre
Juan” (Lc 1, 13).
“Será para ti gozo y
alegría y muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor,
no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su
madre. Profecía que se realiza el día de la Anunciación” (Lc 1,14). Ser grande ante
el Señor significa en la Biblia ser servidor del Plan Salvífico de Dios. Y Juan
fue consagrado como todo profeta desde el seno materno para revelar este Plan
que Dios manifiesta a favor de toda la Humanidad.
3.-
La misión del hijo de Zacarías.
“Y a ti niño te
llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar los
caminos, anunciando a su pueblo la salvación y el perdón de sus pecados”.
Juan Bautista lleno del
Espíritu Santo desde el seno de su madre Isabel debe preparar los caminos del
Señor, esto es, debe instruir al pueblo sobre la verdadera naturaleza de la
Redención, llevarle a la convicción de que la salvación consiste en el perdón
de los pecados y en la expulsión de los enemigos presentes en el corazón
enfermo del hombre y no en alguna otra cosa; es, por lo tanto, una salvación de
carácter religioso y no político.
4.-
El Plan de Vida.
El cántico presenta al
Mesías como la revelación de la Gloria de Dios, sin hacer referencia a su
pasión y a su muerte. La Gloria de Dios debe entenderse como la manifestación
de vida de Dios que Cristo hace presente (1Jn 5, 14ss).
El Plan de Dios es Plan
de vida, entendida la vida como amor, luz, verdad y libertad. Este plan fue
rechazado por el hombre en los orígenes de la historia humana. El hombre creado
por Dios para ser su hijo, ser hermano de los hombres y para vivir en el amor,
con sus palabras y comportamientos rechazó el plan de Dios para hacer su propio
plan independientemente de Dios.
5.-
El plan de muerte.
La actitud de nuestros
primeros padres inició a la humanidad en el plan de muerte elaborado por el
hombre; plan de mentira, soberbia, avaricia y de odio. “No quiero ser hijo, no
quiero ser hermano, no quiero servir” fue el grito de Adán y Eva frente al Plan
amoroso del Padre que los había elegido desde antes de la creación del mundo
para vivir en la libertad de los hijos de Dios, en el amor que se expresa en
servicio a la vida.
No amaré…no serviré… y
no obedeceré. Tres posturas que el hombre toma frente a Dios y frente al
pobre…tres respuestas que hunden sus raíces en el pecado de soberbia, por el
que el hombre busca ser adorado y servido por otros seres humanos. Tres
actitudes frente a la vida que hacen del hombre un enemigo de Dios y opresor de
sus hermanos…y lo sumergen en el mundo de las tinieblas y de la esclavitud.
Situación de vacío, de
angustia, de opresión y de miseria humana. Un hombre privado de libertad y de
vida divina al estar vacío de Dios. En eso consiste la muerte causada por el
pecado, en la ausencia de Dios del corazón del hombre y por lo tanto de amor.
En esta situación yacía Israel y la humanidad entera desde el pecado de
nuestros primeros padres. Situación de
des-gracia, de no-salvación y situación no querida por Dios. Y en esa misma
situación viven todos los hombres que siguen rechazando a Cristo y a su
Evangelio, buscando realizar sus propios planes de salvación.
6.-
El Plan de vida.
Con el anuncio de Dios
que envió su ángel a Zacarías y a María, el Plan de Dios, toma rostro humano en
la persona de Jesús de Nazareth: Jesús es el Plan de Dios. Es su poderoso
salvador. En Jesús, Dios en persona ha venido a salvar a su pueblo. En Jesús y
por Jesús que nos redimió, el Espíritu Santo actualiza en la vida del cristiano
este maravilloso Plan de salvación. Ahora los hombres nuevamente podrán decir,
siguiendo el ejemplo de Jesús: >>Si quiero ser hijo de Dios…si quiero ser
hermano de los hombres…si quiero amar. Si amaré, si serviré y sí obedeceré<<.
Este Plan de salvación
fue pensado por el Padre desde antes de que el mundo fuera creado. Fue
realizado por Cristo mediante su Encarnación, vida pública, pasión, muerte y
resurrección y es hoy día actualizado por el Espíritu Santo en la Iglesia de
Dios y de Cristo. TODO HOMBRE se inicia en este Plan de vida por su bautismo
que lo hace hijo de Dios, lo incorpora a Cristo y lo transforma en templo vivo
del Espíritu Santo. (cf Ef 1, 3- 14)
Al cristiano bautizado,
poseedor de la vida, vive en comunión con los hermanos y en obediencia al
“Mandamiento Regio del Amor” y por el mismo, comprometido en la edificación de
la comunidad cristiana. Comprometido en la construcción de la civilización del
amor. Esto es, el cultivo de todo lo que de bueno hay en cada ser humano, para
que sea puesto al servicio de todos. Solo dentro de este Plan maravilloso
pueden los hombres comprender que Dios creó todo para todos.
El Plan de Dios se
cimienta en tres ideas fuerza: El Amor, la Verdad y la Vida, es decir, en
Cristo: Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6), garantía de realización de personas,
comunidades y naciones. Así lo comprendió Zacarías que lleno de gozo exclamó: Dios nos ha enviado un poderoso salvador.
7.-
Finalidad de la salvación en Cristo.
La finalidad es doble y
tiene un sentido profundamente religioso que se manifiesta y expresa en todas
las dimensiones que afectan al hombre, tanto en las económicas como en las
políticas.
·
Destruir
la obra del Diablo (Hech 10, 38) (el plan de muerte). Mediante el perdón de los
pecados y la expulsión de todos los enemigos. Expulsión es sacar fuera todo lo
que hace daño al hombre, de todo lo que lo enferma, mata, divide y
despersonaliza.
·
Sembrar
la acción de Dios en la vida del hombre. Acción que tiende a llevar al hombre a
la madurez en Cristo en su caminar hacia Dios. Llenar al hombre de Cristo, es
la maravilla por la que Zacarías se llenó de gozo al contemplar la misión de su
hijo Juan Bautista, llamado a preparar los caminos del Señor.
8.
Aplicación
a nuestra vida.
·
Anhelar
la salvación al igual que Zacarías y como él invocarla en actitud de súplica
agradecida. Tenemos necesidad de oración para apresurar la venida del Mesías a
nuestras vidas.
·
Buscar
la vida, la verdad y el amor que Dios nos ha puesto en el corazón de cada
bautizado y que la Iglesia nos da en sus Sacramentos y en la Sagrada Escritura.
·
Ser
solidarios como hombres débiles que somos, con otros que aún no han conocido la
salvación de Dios, intercediendo por ellos y haciéndonos partícipes del Mensaje
de Jesús. Mensaje de gozo, alegría y esperanza.
9. Canto y oración: Salmo 71, 1-6.
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