CRISTO NOS HA
LIBERADO PARA QUE SEAMOS LIBRES
Hermanos: Cristo
nos ha liberado para que seamos libres. Conserven, pues, la libertad y no se
sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. Yo mismo, Pablo, les aseguro que, si
se dejan circuncidar, Cristo no les servirá de nada. Y vuelvo a declarar que
todo el que se deja circuncidar, queda obligado a cumplir toda la ley. Nosotros,
en cambio, movidos por el Espíritu Santo, esperamos ansiosamente la
justificación por medio de la fe. Porque para los cristianos no vale nada estar
o no estar circuncidado; lo único que vale es la fe, que actúa a través de la
caridad. (Gal. 5, 1-6)
Para ser
libres nos libertó Cristo- Libres ¿de qué? y libres ¿para qué? Libres de la esclavitud
del pecado y de todo lo que impide que el reino de Dios crezca en nuestros corazones
(Rm 6, 20) Y libres para amar y para servir al estilo de Jesús. Solo los que
son libres puedan amar y servir, sin tantos pujidos.
Conserven, pues,
la libertad y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. ¿Cómo se puede
perder la libertad? Abrazando el mal y rechazando el bien. Cayendo en el
pecado, dando la espalda a Dios y a su Plan de salvación, violando los diez
Mandamientos. Para Pablo, la libertad se pierde volviéndose la Ley mosaica, a
sus ritos y a sus tradiciones, dando la espalda a la espalda a la fe de
Jesucristo, entonces Cristo no le servirá de nada. Ustedes, los que pretenden
alcanzar la justificación por medio de la ley, han perdido a Cristo, han
rechazado la gracia.
Esta es la
doctrina de Pablo: Somos justificados por la fe en Cristo Jesús y no por la
observancia de la Ley. "Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra
justificación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien
hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos
hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios."(Rm
5, 1: Gál 2, 16) Por la justificación por la fe alcanzamos el “Perdón de los
pecados, el don del Espíritu Santo y la Vida eterna.” La fe nos lleva a la
esperanza y esta nos lleva a la caridad. Por eso Pablo nos dice: "y la
esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.”(Rm 5, 5) Ahora, por la
fe tenemos la Gracia de Dios que nunca se obtuvo por la observancia de la Ley.
Y todos
aquellos que han aceptado a Cristo por la fe, al volver a circuncidarse,
pierden la comunión con Cristo por que han vuelto al pasado, han rechazado la
gracia que habían recibido.
No confundamos
las obras de la Ley de Moisés con la obras de la Ley de Cristo que es el amor,
la caridad. La Ley tuvo su Misión, llevarnos a Cristo, pero no nos dio Espíritu
Santo, es decir, no nos dio la Gracia, esto es Cristo quien nos la ha traído. "Porque
la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por
Jesucristo."(Jn 1, 17) Esta es la enseñanza que encontramos en las
bodas de Cana en la que Jesús convierte el agua en vino. El agua hace
referencia a la antigua ley juntamente con las seis tinajas, no dieron Espíritu
Santo que nos llega por Jesús que transformó el agua en vino. (Jn 2, 1-11) El
vino nuevo es el Espíritu Santo que se nos da por creer y obedecer a Cristo
Jesús. Que nos dijo acerca de la Ley: "«No penséis que he venido a abolir
la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. (Mt 5,
17- 18) Vengo a darles Plenitud a la Ley
y a los profetas, es decir, vengo a enseñarles el sentido de los Mandamientos
que son el amor y el servicio a Dios y a los hombres.
La
primera carta de Juan nos dice: "En esto sabemos que le conocemos: en que
guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus
mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero quien guarda su
Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto
conocemos que estamos en él."(1 de Juan 2, 3- 5) Los Mandamientos
son palabras divinas, santas y para siempre, son actuales en la Ley Nueva. Por
eso el evangelio de Juan nos dice: "El que tiene mis mandamientos y los
guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le
amaré y me manifestaré a él.»" (Jn
14,21)
¿Qué es lo que pasó en la Historia de Salvación? Después de la invasión de los griegos se dio
la guerra de independencia con los Macabeos. La fe en la Ley y las tradiciones
judías están en peligro La contaminación traída por la potencia extranjera
ponía en peligro la fe de Israel. Surgió
entonces un grupo de hombres, “Los piadosos” que tenía como objetivo
defender la fe del pueblo. Estos hombres piadosos fueron el origen de los
fariseos que con el tiempo se convirtieron en una secta religiosa. Eran los
maestros de la Ley y expertos en la Palabra de Dios.
Jesús les
conocía por eso le dice a sus discípulos: «Porque os digo que, si vuestra
justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el
Reino de los Cielos."(Mt 5, 20) Oraban cinco veces al día, pagaban
diezmo rigurosamente, guardaban los mandamientos, pero no tenían amor y misericordia a los demás. Eran hombres
protagonistas, rigoristas, legalistas y perfeccionistas, todo lo hacía para que
la gente los viera y para que les fuera bien: "Jesús les dijo: «En la
cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y
observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no
hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos
ni con el dedo quieren moverlas."(Mt 23, 2-4)
El relato evangélico: En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer.
Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó que
Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.
Pero el Señor le dijo: “Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y
del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad.
¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den
más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio”.(Lc 11,
37- 41)
El fariseo se extrañó que Jesús no hubiera cumplido la ley. “¡Ay
de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por
dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.” (Mt 23,
27)
“Den
más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio.” La
limosna, es llamada después “Justicia y Caridad.” Las dos las encontramos en la
primera carta de Juan: "Si
sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de
él."(1 de Jn 2, 29) "Queridos, amémonos unos a otros, ya que
el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien
no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor."(1 de Jn 4, 7-
8) Practicar la justicia y practicar la caridad nos lleva a nacer de Dios. Pero
nos surge una Pregunta: ¿Qué es primero, la fe o la caridad?
La fe que viene de la escucha d ela Palabra (Rm 10, 17) nos
lleva la confianza, a la esperanza y a la caridad (Rm 5, 1-5) La caridad es uno
de los frutos de la fe (Gál 5, 22; Ef 5,9) y la fe llevada a su madurez nos
lleva a la caridad (Gál 5, 6) Donde hay fe hay caridad y donde hay caridad hay
fe. Pero lo primero es la fe: “Solamente unidos a mí podéis dar fruto, sin mí, nada
podéis hacer” (Jn 15, 4)
Digamos con sinceridad, “nadie se salva sin la fe y nadie se
salva sin la sobras”. Con Santiago decimos: una fe sin obras está muerta” (Snt
2, 14) Y obras sin fe están vacías. “Permanezcan en mi amor” “Guarden mis
Mandamientos” (Jn 15, 9-10)
Pablo les habla a cristianos venidos del paganismo, Santiago
les habla a cristianos de segunda o tercera generación. No hay contradicción entre ellos. Cuando Jesús entra en el corazón del
hombre, la caridad viene de dentro. Todo se hace por caridad y no por que toca,
por obligación o no para que me vean me aplaudan. No seamos protagonistas, más
bien seamos honestos, sinceros y fieles a la Gracia de Dios.
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