Y SI ENCONTRÉ MISERICORDIA FUE PARA QUE EN MÍ PRIMERAMENTE
MANIFESTASE JESUCRISTO TODA SU PACIENCIA
Hijo mío,
no le niegues un favor a quien lo necesita, si lo puedes hacer. Si le puedes
dar ahora a tu prójimo lo que te pide, no le digas: "Vete y vuelve
mañana". No pienses en hacerle daño a tu prójimo, que ha puesto su
confianza en ti. Con nadie entables pleito sin motivo, si no te ha hecho ningún
daño.
No
envidies al hombre malvado ni imites nunca sus acciones, porque el Señor
aborrece a los perversos y es amigo del hombre justo. El Señor maldice la casa
del malvado y llena de bendiciones la del justo. El Señor se burla de aquellos
que se burlan y con los humildes se muestra bondadoso. Los sensatos recibirán
honores y los insensatos, ignominia. (Prv 3, 27-34)
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Nadie enciende una vela y la
tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un
candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto
que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse
público. Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le
dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener". (Lc 8, 16-18)
La vela encendida es un don de Dios. Es una virtud que es vigor, fuerza
y poder para fortalecer la comunidad. Es un don de Dios para todos. Sus dones no
pueden ser escondidos debajo de la mesa o debajo de la cama, es para ponerse en
un lugar alto para que pueda verse, para que muchos lo puedan ver y apropiarse
de los dones que el Señor da para todos: "Pues ¿quién
es el que te distingue? ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo has
recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?"(1 de
Cor 4, 7) No lo presumas, más bien extiende tu mano y comparte el don que has
recibido con los demás. Gratis lo recibiste, gratis dadlo a los menos
favorecidos. No trafiques con la gracia de Dios. Tú mismo eres un don de Dios
para los demás. Comparte lo que tienes, lo que sabes y lo que eres con tus
hermanos. Tus dones pueden ser materiales, intelectuales o espirituales.
“Que brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor, para que viendo las obras buenas que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos”. (Mt 5, 16) Muchas veces son los miembros de la Comunidad los primeros en descubrir en nosotros los carismas o manifestaciones de la multiforme gracia de Dios. No los escondas bajo el tapete de una falsa humildad, alaba y da gracias a Dios y prepárate para compartir, que los dones van creciendo con el uso de su ejercicio. Las velas encendidas son dones que el Señor derrama y enciende en los corazones de sus servidores para que trabajen en la edificación de la Iglesia o en la construcción de la “Civilización del Amor”.
Si te ha
dado el don de ser amigo, hazte de muchos para que les ayudes a ser amigos de Dios.
Si te ha dado el don de la Palabra, dadla sin codicia, como lo dice Pablo: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para
argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se
encuentra perfecto y preparado para toda obra buena."(2 de Tim 3,
16- 17) Has recibido el don del servicio, sirve con alegría, con entusiasmo de
todo corazón. “Qué Dios ama al que da con alegría” (2 Cor 9, 7) Dios ama y
bendice al que sirve con alegría. Por eso Pedro nos dice que no tengamos miedo
compartir los dones que hemos recibido:
“Que cada cual
ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos
administradores de las diversas gracias de Dios. Si alguno habla, sean palabras
de Dios; si alguno presta un servicio, hágalo en virtud del poder recibido de
Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Jesucristo, a quien
corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén."(1
de Pe 4, 10- 11)
Una pregunta que
hemos de saber darle repuesta: ¿Cuántos dones o carismas hay en nuestra
comunidad? Con otra pregunta respondemos la pregunta anterior: ¿Cuántos debilidades
o necesidades tenemos en nuestra Comunidad? Para cada debilidad que tengamos
Dios tiene un don o un carisma. Lo que el Señor necesita son instrumentos,
hombres o mujeres que estén dispuestos a servir con amor y por amor a sus
hermanos. Pablo enumera una lista de dones que Dios ha dado a la Iglesia de Efeso: "El mismo «dio» a unos el ser apóstoles; a
otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para
el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio,
para edificación del Cuerpo de Cristo,"(Ef 4, 11- 12) Pero Pablo ,
también nos dice como hemos de vivir en la Comunidad:
"Os exhorto,
pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación
con que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia,
soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del
Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una
es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo
bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en
todos. A cada uno de nosotros le ha sido concedido el favor divino a la medida
de los dones de Cristo."(Ef 4, 1- 7)
"hasta que lleguemos todos a la unidad de
la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto,
a la madurez de la plenitud de Cristo. Para que no seamos ya niños, llevados a
la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la
malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error, antes bien,
siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza,
Cristo, de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda
clase de junturas que llevan la"(Ef 4, 13- 16)
Los dones de Dios
que son para la edificación de la Iglesia, para ayudarnos a crecer en santidad, en amor
y en libertad, necesitan de otro don, el “don del discernimiento” para poder
conocer los espíritus: "Queridos, no os fiéis de cualquier espíritu, sino
examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han
salido al mundo. Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que
confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no
confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo. El cual habéis oído
que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo."( 1 de Jn 3, 1- 3)
El Señor ha dejado a la Iglesia criterios para que podamos discernir. El primero
criterio de oro es “Por sus frutos los reconoceréis” "Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da
frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo
producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado
al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis." (Mt 7, 17- 20)
El fruto es la Unidad con Dios y entre los hombres. El que divide no viene de
Dios. El trabajo del Espíritu Santo es hacer Comunidad y no grupos. Por eso el
segundo criterio es la “Comunión” Con Dios y con os hombres. Comunión en Cristo
y por Cristo. “Solamente unidos a mí podéis dar frutos de vida eterna” (cf Jn
15- 5) El criterio supremo es aquel que nos dice: “Jesús es Señor” para gloria
de Dios Padre.
Lo que todo servidor de Cristo ha de saber: Jesús ha sido constituido como “Señor y Mesías” (Hch 2, 36) Jesús es
Mesías (Cristo) y Cristo es Dios. (cf Lc 1, 43) "Es cierta y digna de ser
aceptada por todos esta afirmación: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los
pecadores; y el primero de ellos soy yo. Y si encontré misericordia fue para
que en mí primeramente manifestase Jesucristo toda su paciencia y sirviera de
ejemplo a los que habían de creer en él para obtener vida eterna. Al Rey de los
siglos, al Dios inmortal, invisible y único, honor y gloria por los siglos de
los siglos. Amén"(1 de Tim 1, 15- 17).
Recordemos el pecado
de omisión: "Aquel, pues, que sabe hacer el bien y no lo hace, comete
pecado."(Snt 4, 17) No le hagamos al ciego ni al sordo, estemos
siempre dispuestos a servir a Dios y a los hombres, nuestros hermanos.
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