ESTAD ALEGRES CUANDO COMPARTÍS LOS PADECIMIENTOS DE CRISTO. NO
TENGAMOS MIEDO.
"El les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo
lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y
entrara así en su gloria?»”(Lc 24, 25- 26) Cruz y resurrección son dos momentos
de un mismo acontecimiento: “La Pascua de Cristo.” La cruz es el camino de la
resurrección. La invitación de Cristo es para todos, pero no obliga.
"Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la
perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará."(Lc 9, 23- 24)
La profecía de Isaías se convirtió en
acontecimiento: "Despreciable
y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante
quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta. ¡Y con todo
eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que
soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. El ha
sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el
castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. (Is 53,
3-5)
El destino de Jesús es el destino de los
discípulos, de toda la Iglesia. "Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo sufrió
por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus huellas." (1 Pe 2, 21 )Sufriendo aprendió a obedecer (Heb
5, 8) La Cruz de Cristo en nuestros días es la señal que estamos siguiendo a
Cristo. Sin cruz no hay resurrección y vana es nuestra fe (1 de Cor 15, 17)
Queridos
hermanos: Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para qué,
cuándo se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre
de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de
Dios, reposa sobre vosotros. (1Pe
4, 13-14) Ungidos con el Espíritu del Señor para anunciar la buena nueva a los
pobres, dar vista a los ciegos, dar libertad a los oprimidos. Con tus
sufrimientos das vida a la Iglesia. (Lc 4, 18)
"Ya que Cristo padeció en la carne, armaos también vosotros de
este mismo pensamiento: quien padece en la carne, ha roto con el pecado" (1
de Pe 4, 1) La carne es el dominio de las concupiscencias, es una vida pagana y
mundana, es vida de pecado. Rompamos con el pecado huyendo de las pasiones de
la juventud (2 de Tim 2,22) y de la corrupción para que participemos de la
naturaleza divina (2 Pe 1, 4) Despojarnos del pecado es liberarnos de él, y eso
duele, equivale a morir al pecado, es despojarnos de nuestros egoísmos.
"El Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en
Cristo, después de breves sufrimientos, os restablecerá, afianzará, robustecerá
y os consolidará." (1
de Pe 5, 10)Después de la tormenta viene la Paz, el Gozo y el Amor. Todo esto
nace, viene y brota de la cruz de Cristo. No te bajes de la cruz, ni la botes
(cf Gá 5, 24)
"Más aún; nos gloriamos
hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la
paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza," (Rom 5, 3-4) La salvación que viene de la
fe es gratuita, pero no es barata. Hay que despojarse, hay que convertirnos a
Cristo lo que equivale a cargar con nuestra cruz, para seguir a Cristo. Seamos
hombres y mujeres probados para que seamos testigos de la esperanza.
"Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son
comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros." (Rm 8, 18) La gloria que ha de manifestarse
en la “Herencia de Dios” La vida eterna.(Rm 8, 17) Las pruebas no son más
grandes que nuestra fortaleza, recodemos que Dios nos conoce y no permitirá que
seamos tentaos más allá de nuestras fuerzas: "No habéis sufrido
tentación superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá seáis
tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os dará modo de
poderla resistir con éxito."(1 de Cor 10, 13)
"¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
los misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en toda
tribulación nuestra para poder nosotros consolar a los que están en toda
tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por
Dios!" (2 de Cor 1, 3-4) Jesús nos
prometió al Paráclito que es nuestro Consolador, nuestro Maestro y nuestro
Abogado. Jesús nos prometió estar con nosotros hasta la consumación de los
siglos, en las buenas y en las malas (Mt 28, 20)
"Pues a vosotros se os ha
concedido la gracia de que por Cristo... no sólo que creáis en él, sino también
que padezcáis por él," (Filipenses 1, 29)
Tanto la fe, como la esperanza y la caridad son dones de Dios. Así mismo las
mismas pruebas son don y enseñanza para la vida. Recordemos que nuestro Maestro
es el Espíritu Santo. Nos lleva al horno del sufrimiento para que salgamos con
rostro de profeta, purificados de la escoria del pecado (Jer 15, 19)
"El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que
encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la
encontrará."(Mateo 10, 38- 39) Amar y seguir a
Cristo para configurarnos con Él, es lo más hermoso que le puede pasar a un
discípulo de Jesús de Nazaret. El que quiera salvarse por medio del poder, del
tener o del placer se pierde, se hunde en el lodo, mientras el que se niegue a
todo eso por Cristo, ese se salvará.
"Pues, así como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo,
igualmente abunda también por Cristo nuestra consolación." (2
Corintios 1, 5)Los sufrimientos nos pueden traer
problemitas, problemas y problemones, Todo eso y más, pongámoslos en las manos
de Dios y ofrezcámonoslos a Él, en Cristo y por Cristo. La cruz de Cristo es
fuente de vigor, fuerza y poder (Ef 6, 10) Dios convierte la tristeza en gozo,
la mentira en verdad, las tinieblas en luz.
"Considerad como un gran gozo, hermanos míos, el estar rodeados por
toda clase de pruebas, sabiendo que la calidad probada de vuestra fe produce la
paciencia en el sufrimiento; pero la paciencia ha de ir acompañada de obras
perfectas para que seáis perfectos e íntegros sin que dejéis nada que
desear."(Snt 1, 2-4) El amor es paciente, es tolerante y es servicial (1
de Cor 13, 4) Alégrense por que las pruebas son la señal que estamos siguiendo
a Cristo. Por eso Pablo nos dice no se acomoden a este mundo tenebroso (cf Rm
12, 2) La comodidad es un vicio que alimenta al hombre viejo.
"Os exhorto, pues, hermanos, por la
misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva,
santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual."(Rm 12.1) Este
es el camino que Pablo pide a las Comunidades cristianas: “Sed víctimas vivas,
santas y agradables a Dios.” Este es el modo para acompañar a Jesús, con hechos
y no con palabras románticas o rebuscadas. Es el modo para pertenecer a Cristo
es decir, para amarlo. Tal como lo dice Pablo: Todo el que pertenece a Cristo
está crucificado con él, muriendo al pecado y viviendo para Dios (Gál 5, 24)
"Por lo cual rebosáis de alegría, aunque
sea preciso que todavía por algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas,
a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro
perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de
gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo."(1 de Pe 1, 6-7) Con
este texto de la primera carta de Pedro podemos entender el sentido de las
pruebas, y del sufrimiento que nos trae el seguir a Cristo. Recordado las
palabras del principio del Tema: ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso
y entrara así en su gloria? Como soldados de Cristo, abracemos la cruz de Jesús
que hoy no es de madera, ni de metal ni de piedras preciosas, sino, un estilo
de vida, vivir como Jesus vivió, aceptando la voluntad de Dios y sometiéndose a
ella.
Ven Espíritu Santo ilumina mi mente, mi corazón y mi camino para que yo
siga las huellas de Jesús como discípulo, para que el mundo crea en Jesús y
creyendo en él, se salve. Como discípulo del Maestro de Nazaret, enséñame a
orar por la Iglesia y ofrecerme como hostia viva por los enfermos, por los
pecadores, por los demás.
Amen, Amen, Amen.
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