COMO EL PADRE ME AMÓ, YO TAMBIÉN OS
HE AMADO A VOSOTROS; PERMANECED EN MI AMOR
"Como el Padre me amó, yo
también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de
mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en
vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis
los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da
su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros
os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a
vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto
permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»" (Jn 15, 9- 17)
En el evangelio de san Marcos que
nos presenta san Juan. “"Subió al monte y llamó a los que él quiso; y
vinieron donde él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos
a predicar con poder de expulsar los demonios."(Mc 3, 13- 15) Jesús se
pasó la noche en oración con su Padre. ¿De qué hablaron? De la Misión de Jesús,
de los Doce, de lo que iba a pasar en Jerusalén. Al bajar del monte, del
encuentro con su Padre, por amor, con amor y para que amaran, escogió y eligió,
a los que Él quiso, es decir, por amor. “Para qué estuvieran con Él y para
enviarlos a predicar con el poder de expulsar los demonios.”
Lo primero es para estar con Él,
para ser sus discípulos y formarlos para que el día que Él se vaya, ellos continúen
su Obra entre las gentes. Lo segundo es para ser enviados a llevar su Evangelio.
¿Qué les enseña Jesús a sus discípulos? Lo mismo que el Padre le
había enseñado a Él. El Camino, la Verdad y la Vida. (Jn 14, 6) Por eso les
dice: “Permanezcan en mi amor.” Es decir, “Permanezcan en Mí” como yo “Permanezco
en mi Padre” para que puedan dar fruto en abundancia, y su fruto permanezca.
Para eso Jesús les había dicho, crean en Dios y crean en mí (Jn 14, 1) “Confíen,
obedezcan y ámenme.” “Permanezcan en mi Pascua para que tengan vida en
abundancia” “Permanezcan en mí Alianza” “Para que tengan los frutos de la
Redención: “La Paz, el Gozo, el Amor, el Perdón, la Resurrección y el don del
Espíritu Santo.”
¿Cómo poder permanecer en el Amor
de Cristo? Permanecer siendo amados, perdonados, y enseñados por Él, con
palabras de Pablo: “No se bajen de la Cruz.” Estén crucificados con Cristo,
muriendo con él y resucitando con él” (Gál 5, 24) Lo que implica guardar sus
Mandamientos. ¿Cuáles Mandamientos? Los 10 Mandamientos: "El que tiene mis
mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de
mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.»" (Jn 14,21) Jesús a todos
ama, pero, no en todos se manifiesta. Sólo se manifiesta en los que lo aman, en
los que guardan sus Mandamientos. “Nos saca del pozo de la muerte, de la
esclavitud y nos libera. Hace Alianza con nosotros y nos reconcilia, nos
perdona y nos da el don del Espíritu Santo para hacer de nosotros una “Nueva
Creación” para luego promovernos en hijos de Dios, en discípulos y en apóstoles
al servicio de la humanidad.
“Como yo guardo los Mandamientos de
mi Padre y permanezco en su Amor” ¿Cómo permanece Jesús en el Amor de su Padre?
"Pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me
ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí.»" (Jn 14, 31) En la oración
sacerdotal Jesús ora al Padre diciendo: "Yo les he dado la gloria que tú
me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí,
para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que
los has amado a ellos como me has amado a mí." (Jn 17, 22-23) Y con ese amor
con el que Padre ama a su Hijo, con ese mismo amor nos ama a nosotros, y con
ese Jesús ama a su Padre.
Jesús enseña a sus Discípulos el “Arte de amar, de servir y el arte de
compartir” Les enseña con su Palabra, con sus
acciones y con su Personalidad. (Jn 13, 1- 35) Cuando Jesús envía a los
suyos, se hacen Apóstoles, enviados. "A estos doce envió Jesús, después de
darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad
de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id
proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad
muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo
gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni
alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero
merece su sustento. «En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién
hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis." (Mt 10, 6- 11)
"«Mirad que yo os envío como
ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos
como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los
tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante
gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas
cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que
tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento." (Mt 10, 16- 19)
El Gran envío de Jesús a sus Apóstoles.
Después de su Resurrección Cristo
Jesús envía a los Doce a todas las naciones: "Y les dijo: «Id por todo el
mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea
bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará." (Mc 16, 15-16)
"Id, pues, y haced discípulos a todas las
gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»" (Mt 28, 19- 20)
"Al atardecer de aquel día, el
primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del
lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos
y les dijo: «La paz con vosotros.» Dicho esto, les mostró las manos y el
costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez:
«La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto,
sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis
los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan
retenidos.»" (Jn 20, 19- 23)
El Anuncio, la Moral y el Culto.
Esto es gracias a la acción del Espíritu Santo y a la Pastoral de los Apóstoles
y de la Iglesia. Los tres corresponden a los tres Mandamientos de Jesús: el
profético, el social y el litúrgico.
El Anuncio. (El primer Mandamiento
de Jesús) El mismo día de Pentecostés, se escucha el Anuncio: "«Israelitas,
escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios entre
vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre
vosotros, como vosotros mismos sabéis, a éste, que fue entregado según el
determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis
clavándole en la cruz por mano de los impíos; a éste, pues, Dios le resucitó
librándole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase bajo su
dominio;" (Hch 2, 22- 24) "«Sepa, pues, con certeza toda la casa de
Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros
habéis crucificado.» Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a
los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro les contestó:
«Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de
Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo;"(Hch 2, 36- 38)
La Moral. (El segundo Mandamiento
de Jesús.) "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los
otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los
otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los
unos a los otros.»" (Jn 13, 34- 35) Sobre la Moral podemos ver en Romanos
12, 1- 21.
El Culto. (El tercer Mandamiento de
Jesús) "Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor
Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo
partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en
recuerdo mío.» Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa
es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en
recuerdo mío.» Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis
la muerte del Señor, hasta que venga. Por tanto, quien coma el pan o beba la
copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del
Señor." (1 de Cor 11, 23- 27)
En la obediencia a los tres Mandamientos de Jesús nosotros podemos permanecer
en su Amor y dar frutos en abundancia. En el primero, Jesús nos envía a predicar
su Evangelio, hacer discípulos y hacer todo lo que nos ha enseñado (Mt 28, 19- 20)
En el segundo Mandamiento nos invita hacer lo
mismo que él hizo toda su vida: Amar a todos y amarnos los unos a los otros
como Él nos amó. (Jn 13, 34)
En el tercer Mandamiento Jesús nos
invita a celebrar la Eucaristía. A ofrecernos con Él al Padre como un
sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (1 de Cor 11, 25; Rm 12,1)
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