POR LO TANTO, CEÑÍOS LOS LOMOS DE VUESTRO
ESPÍRITU, SED SOBRIOS, PONED TODA VUESTRA ESPERANZA EN LA GRACIA…
Frente a esta palabra Jesús
dijo a sus discípulos: “Vigilad para no caer en la tentación” (Mt 26, 41)
Vigilad significa cinco cosas: “Conoceos, despojaos, revestíos, luchad y orad.”
No te creas fuerte y no te creas buena gente; eres débil y eres pecador (1 de
Jn 1, 8)
Conoceos: Conoce tu realidad, eres persona valiosa e importante y digna, pero,
también eres frágil y débil y puedes caer. Podrás tener cosas buenas y muy
buenas, pero no presumas, más bien da gracias a Dios y prepárate para compartir
con los menos favorecidos, por que recuerda lo que dice la Palabra de Dios: "Pues
¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y si lo
has recibido, ¿a qué gloriarte cual si no lo hubieras recibido?" (1
de Cor 4, 7)
Date
cuenta si eres desprendido ó poco dispuesto a compartir. Conocerse para que respondas
a unas preguntas que la vida te presenta: ¿Cómo piensas? ¿Cómo sientes? ¿Cómo
te valoras? ¿Cómo vives? Y ¿Cómo te amas? La
respuesta correcta te lleva a darte cuenta si eres feliz o no lo eres.
Te piensas como un algo o como si fueras un objeto. Te sientes vacío o pleno.
Te valoras por lo que eres y no por lo que tienes. Vives con dignidad y en
comunión con los otros. Te amas y cuidas de ti mismo. Conócete o date cuenta si
has caído en el conformismo, en el relativismo, el secularismo, el ateísmo
práctico, etc.
Despojaos: Despojarte equivale a quitarte de encima lo que te hace daño, lo que te
enferma e impide que el Reino de Dios no crezca en tu corazón. Despojarse
equivale a “negarse a sí mismo” para no dar de comer al “Ego” al hombre viejo.
Negarle el alimento hasta darle muerte. Que no nos inflame, que no nos divida y
que no nos mate. Siguiendo el ejemplo de
Pablo, huyamos de las pasiones de la juventud y de toda corrupción (2 Tim 2,
22; 1 Cor 6, 18) Para despojarse de lo que hace daño pide saber distinguir
entre lo bueno y lo malo; rechazar, aborrecer lo malo y amar apasionadamente el
bien, lo bueno (Rm 12, 9). Lo anterior es lo que significa: Ceñiros vuestros lomos y encended vuestras lámparas.
Pensemos
en los vicios, todos y cada uno tiene que ser arrojados fuera: La pereza, la
envidia, la avaricia, la codicia, la comodidad, la hipocresía, la maledicencia,
la intemperancia con la gula, el tabaco, el alcohol, el sexo desordenado, la
soberbia, el egoísmo, la venganza, entre otros más. (cf Col 3, 5- 9; 1 de Pe 2,
1) Todos los vicios crecen con el uso de su ejercicio y pertenecen a las
tinieblas (cf Ef 5, 7).
Revestíos: Es una manera para decir, convertíos, que equivale a llenarse de
Cristo, o configúrate con Jesús de Nazareth. Es cambiarse de ropa, quitarse la
ropa sucia y apestosa para ponerse la ropa limpia o nuevecita. Pablo nos dice: Quítate
el traje de tinieblas y revístete con el traje de luz (Rm 13, 12). El traje de
luz es la armadura de Dios, es revestirse de Jesucristo para poder luchar
contra el mal o los vicios. Es un llamado a cultivar el bien, es decir las
virtudes que son “vigor, fuera y poder” para caminar en la Bondad, la Verdad y
la Justicia (Ef 5, 9) Humildad, mansedumbre, misericordia, paz, amor, y otras
más (Col 3,12- 14) Prudencia, justicia, fortaleza, templanza, tenacidad, piedad,
amor fraterno y caridad (2 de Pe. 5- 8) Fe, esperanza y caridad (cf Col 3, 1; 1
Ts 5, 8).
Luchad:
Es pelear hasta el extremo. Es luchar contra el mal, como lo dice Pablo: "Por
lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder. Revestíos de las
armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo. Porque nuestra
lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra
las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los
Espíritus del Mal que están en las alturas. Por eso, tomad las armas de Dios,
para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo,
manteneros firmes." (Ef 6, 10- 13) Los enemigos son el mundo, el
maligno y la carne (cf Ef 2,1- 3) Sólo tienen poder sobre el hombre que está en
pecado y que se niega a convertirse. En la lucha contra el mal, no estamos
solos, Jesús, el Señor, está con nosotros y a nuestro favor (Mt 28, 20)
Nuestras armas son la Virtudes, todas, pero especialmente la fe, la esperanza y
la caridad, acompañadas por la oración.
"¡En
pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia
como coraza, 15.calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz,
16.embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar con él todos
los encendidos dardos del Maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación
y la la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios;" (Ef 6,14-
17)
Orad para no caer en la tentación. Orar es invocar a Dios que nos asista en
nuestras debilidades para que no nos deje caer en la tentación, como nos lo enseñó
Jesús en la oración del Padre Nuestro. (Lc 11, 4) El que ora vence y alcanza la
corona. El que ora se convierte y se reviste con las armas de la luz. "siempre
en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con
perseverancia e intercediendo por todos los santos, y también por mí, para que
me sea dada la Palabra al abrir mi boca y pueda dar a conocer con valentía el
Misterio del Evangelio, del cual soy embajador entre cadenas, y pueda hablar de
él valientemente como conviene." (Ef 6, 18- 20)
"Por lo tanto, ceñíos los lomos de vuestro
espíritu, sed sobrios, poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os
procurará mediante la Revelación de Jesucristo." (1 de Pe 1, 13)
Ceñíos los lomos equivale a
fajarse los pantalones como hombre. Lucha y pelea hasta vencer. Sed sobrios es
negarse a sí mismo para que puedas renovarte. Es renunciar al mal. Poniendo toda vuestra confianza
en el Señor que está en favor nuestro, está con nosotros y está entre nosotros,
nunca nos deja solos.
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