¿Porqué
amar a Cristo?
¿Por qué
amar a Jesucristo?
Podemos los cristianos afirmar que
sin Moral cristiana no hay Santidad. Es decir sin amar al Señor Jesús no hay
Santidad, y sin Santidad nadie puede conocer a Dios con el sentido de la Biblia:
<> (1 Jn 2, 3- 4).
A la luz de este pasaje de la Biblia podemos encontrar una exigencia de
fundamental de la vida: <> (1 Ts 5, 19ss).
Del encuentro con Cristo a la Comunión.
El encuentro es liberador y gozoso,
luminoso y glorioso. De él nace un hombre nuevo, justificado, salvado y
santificado que nos ayuda a entender que la vida de los hombres se divide en
dos: Antes de conocer a Cristo y un después de conocer a Cristo. Escuchemos a
san Pablo: <> (Ef 5, 8- 11). El Amor a Cristo nos pide despojarnos del
Hombre viejo y revestirnos del Hombre nuevo. Despojarnos del traje de tinieblas
y revestirnos con el traje de la luz, revestirnos de Jesucristo. (cfr Rom 13,
13- 14; Ef 4, 17- 24; Col 3, 5- 14)
Las condiciones de la Nueva vida.
Enamorarnos de Jesucristo y de su
Obra Redentora para no enamorarnos de una “cuenta bancaria”, es decir del
dinero. Amar a Jesucristo para no enamorarnos de un carro lujoso, de objetos o
de animales. O nos enamoramos de Cristo para no enamorarnos por encima de él de
las personas e instrumentalizarlas como instrumentos de placer y hacer del sexo
nuestro dios. Quien no se enamora de Jesucristo cae en la “inversión de valores”,
llamada por los profetas como la “idolatría” en la cual se sirve a loa Baales
(Os 2, 14ss). Pablo nos advierte: <> (Rom 12, 9- 10).
San Juan nos dice: <> (1Jn 2, 15- 16) El amor a Jesucristo nos
libera de los ídolos del poder, del tener y del placer. Es decir, nos libera
del desorden, del caos, y de la confusión.
La verdadera Caridad nos lleva a guardar
los Mandamientos por amor, y nos lleva a la práctica de las virtudes cristiana
para revestirse de Jesucristo, tal como lo dice la Escritura: <> (Col 3, 12- 15).
Qué nadie nos engañe.
<> (1 Jn 4, 7- 10)
El valor del Testimonio.
Escuchemos al Maestro: <> (Lc 9, 23- 26). Quien da testimonio de Cristo, es ya señal de
que lo ama y lo sigue.
V Amamos
a Cristo porque Él nos amó primero y se entregó por nosotros: <>
(Ef 5, 1-2) <> (Gal 2, 19- 20).
V Amamos
a Cristo para que se manifieste en nuestra vida y hacer Alianza con él: <
V Amamos
a Jesucristo porque así nos conviene: <<Éste es mi mandamiento: que os
améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el
que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os
mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo nunca sabe lo que suele hacer
su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre
os lo he dado a conocer>> (Jn 15, 12- 15).
V Amamos
a Jesucristo para no caer en maldición y privarnos de la gloria de Dios:
<> (1Cor 21- 23).
La Clave de toda espiritualidad.
La Clave es el dejarnos
encontrar por Jesucristo. En ese encuentro el Señor nos libera y nos reconcilia
y derrama en nosotros su Amor con el Espíritu Santo que él nos ha dado ((Rom 5,
5) Nos justifica, nos salva y nos santifica. Hay un verdadero tránsito de la
muerte a la vida, del pecado a la gracia, de la esclavitud a la libertad, de las
tinieblas a la luz y de la áridez a las aguas vivas (cfr Jer 2, 13; Jn 7,
38-39). A esta realidad Jesús le llamó el Nuevo Nacimiento: <
Sólo quien vive
de encuentros con el Señor puede realmente vivir y permanecer en su Amor. Los
lugares para el Encuentro es la Oración, la Palabra de Dios, las Obras de
Misericordia, la Liturgia, la Comunidad y el Apostolado. La recomendación del
Apóstol:
< Algunos, desviados de esta línea de conducta, han venido a caer en
una vana palabrería; pretenden ser maestros de la Ley sin entender lo que dicen
ni lo que tan rotundamente afirman>> (1 Tim 1, 5-7).
Oremos con María,
la Madre y la Maestra para que vivamos en la fidelidad a la palabra y a la Voluntad de Dios, y a si seamos obedientes
al Evangelio: “Hacer lo que él os diga”.
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