Las Virtudes que más brillan en el
Rostro de María
1. ¿Qué es la fe para
María?
“Dichosa tu que has creído” (Lc 1, 45). Para María la fe es “don de Dios
y respuesta suya”; por eso es llamada la primera creyente, la primera
discípula; por eso es llamada también, la Madre de todos los creyentes. Para
María la Fe es confianza y abandono en las manos de Dios. Es donación, entrega
y servicio a su Pueblo.
Una fe sin virtudes no tiene descendencia, está vacía, es estéril y está
muerta (Snt 2, 14). Por su Fe, María es
una Mujer plena, fértil, fecunda y fructífera. Podemos decir que todas las
virtudes de María son descendencia, comunidad familia, hijas de la Fe.
11. ¿Qué son las virtudes?
V La virtud es vigor, es fuerza, es el poder de Dios
que actúa en nuestros corazones. “Fortaleceos en el Señor con la energía de su
Poder” (Ef 6, 10).
V Una virtud es una Palabra de Dios experienciada,
vivida y testimoniada con la vida.
V Una Palabra que se ha escuchado y obedecido, puesta
en práctica, se hace hábito, y éste se hace virtud. La virtud es vida.
V La Virtud cristiana exige esfuerzos, renuncias y
sacrificios, hechos por Amor. Son una “vestidura de salvación”.
V Las virtudes son la armadura de Dios; son para
revestirse de Cristo.
V Son las lámparas encendidas y son el aceite extra de
la fe.
111. ¿Cómo encarnar las Virtudes de María.
v Vivir
como Ella vivió, en comunión íntima con su Hijo. “Luz del Mundo” (Jn 8, 12).
v Romper
con el pecado (1 Jn 1, 8-9) (1 Pe 2, 1)
v Guardar
los Mandamientos de la Ley de Dios.
v Guardarse
de los ídolos del poder del tener y del placer (1 Jn 2, 15)
v Hacer
como Ella, de la voluntad de Dios la delicia de su vida.
v Cultivar
la fe Bautismal. La Fe de la Iglesia.
1V. La Virtudes son “La Corona
y la Familia de la Fe”.
1. La virtud de la Escucha y Oración. La vida de María
es un diálogo con Dios. La fe bíblica nace, crece y madura en la Escucha de la
Palabra de Dios (Rom 10, 17).
2. La virtud de la Obediencia. La Primera en someter su
voluntad a la Voluntad de Dios. Hace de la Voluntad de Dios la delicia.
“Dichosos los que escuchan mi Palabra y la cumplen” (Lc 8, 21; Lc 11, 28).
3. La virtud de la Pureza de corazón. La Mujer
transparente. No hay fingimiento, ni hay apariencias. Mujer integra porque en ella hay armonía
entre lo que piensa y lo que habla, entre lo que dice y lo que hace. María
encarna “La Verdad” liberadora de los hijos de Dios (Jn 8, 32; Gál 5, 1. 13).
4. La Virtud de la Humildad. María se confiesa a sí
misma como “La humilde esclava del Señor” (Lc 1, 38). En ella la Humildad es
disponibilidad para servir, para darse y donarse a Dios en favor de su Pueblo.
Nosotros la llamamos “Señora”, Y ella se confiesa como “esclava” es decir,
“Servidora”. Es “Señora” porque ella decide ser totalmente propiedad del Señor.
Dios no le impone, respeta la decisión de su creatura.
5. La virtud de la Sencillez de Corazón. María, no tiene
doblez, no es de corazón doble: No es de doble cara. En ella no hay máscaras,
ni amores fingidos (Rom 12, 9)
6. La virtud de la pobreza, llevada con dignidad y
confianza en el Señor. Pobre pero digna. María la pobre de Nazaret encuentra su
alegría en lo que Dios hace por ella. Y estalla en un grito de júbilo para dar
gracia al que todo lo puede. “Qué tengo que no lo haya recibido de Dios” Para
María todo es Gracia. Todo es Bendición para compartir. Todo lo que ella es
está en referencia Dios y a su Pueblo.
7. La virtud de la Piedad. La Piedad es una virtud y un
don del Espíritu Santo. Nos ayuda a sabernos amados por Dios, perdonados por
Él, y nos llena de alegría. La Piedad es el modo como nosotros vivimos en
comunión con Dios y con nuestros hermanos. La Piedad nos lleva amar a Dios y a
nuestros hermanos, nos lleva a la misericordia, a la compasión y al dolor.
8. La virtud de la Disponibilidad. “heme aquí oh Dios
para hacer tu voluntad, dijo Jesús al entrar en el mundo de los hombres (Heb
10, 7). María es la totalmente disponible para Dios por eso pudo Dios cambiarle
“Planes de María” para que aceptará los de Él, y respondió con su “hágase”en mi
según su Voluntad. En la Mujer de Nazaret la fe es disponibilidad para servir,
para ponerse en camino desde la Anunciación hasta la cruz del Calvario, y
después en Pentecostés hasta su Asunción.
9. La virtud de la Solidaridad. Virtud que es
manifestación del Amor que llena el corazón de María y se manifiesta en la
“Prontitud para salir fuera e ir al Encuentro de los pobres. Es prontitud para
ponerse en camino e ir a servir” a una mujer anciana que estaba en su sexto mes
de embarazo. La solidaridad de María tiene dos brazos, con uno se aferra a Dios
y con el otro a los hombres. Solidaridad con Dios y con su Pueblo.
10.
La
virtud de la sabiduría reflexiva. María es la llena de los dones del Espíritu
Santo. Por el don de la sabiduría penetra los Misterios de Dios y acepta con
Humildad las alabanzas que Isabel le dice en nombre del Espíritu Santo:
“Bendita entre la mujeres” “La Madre del
Señor” “Mujer de la fe”. Ella sencillamente es la “Humilde esclava”. La
Servidora del Señor en favor de la Iglesia.
11.
La virtud de la
Fortaleza. La fortaleza es una virtud difícil de conseguir. Es don del espíritu
y es virtud cristiana se adquiere con la Gracia de Dios y nuestros esfuerzos,
renuncias y sacrificios. Sirve para vencer el Mal y para llevar a feliz término
la Obra de Dios. La fortaleza en el destierro y
en el dolor. A lo largo de toda su vida y al final de la vida de su Hijo:
“Junto a la cruz de Jesús”-
El Mal puede venir como ataques, persecuciones,
murmuraciones, dolor desánimos, frustraciones y más. María lo vence Amando, Ofreciéndose
Donándose por su Pueblo desde la Anunciación hasta que es llevada en cuerpo y
alma al Cielo.
12.
La
virtud de la Oración. María es Mujer orante. Su oración es interior tal como lo
vemos en la anunciación. Ora con su corazón, con su mente y con su cuerpo. Ora
por su Pueblo, ella es intercesora. En oración se consagra y se ofrece a Dios
su Señor.
V. ¿Qué vemos en la
oración de la Madre?
Adoración, Consagración, Acción de gracias, Alabanza, Intercesión, Ofrecimiento.
Dijo María: «Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador,
porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava. Desde ahora, todas las
generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor cosas
grandes el Poderoso, Santo es su nombre
y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le
temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero.
Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los
hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la
misericordia —como había anunciado a
nuestros padres— en favor de Abrahám y de su linaje por los siglos.» (Lc 1, 46-
57)
Para María Dios es:
Señor, Poderoso, Santo, Salvador, Misericordioso y
Fiel.
Fiel.
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